El fiscal Fernando Dobson Soto espera que el acusado sea condenado a tres penas de presidio, que en total superan los nueve años de cárcel.
De acuerdo a los antecedentes que arrojó la investigación, el fiscal logró establecer que el pasado 23 de junio, en la madrugada, estando la niña en su domicilio, llegó en estado de ebriedad Cristián Muñoz, a quien ella ubicaba como conocido de la familia. En esa calidad el sujeto ingresó al inmueble, y al percatarse que la menor estaba sola, se acercó a ella y comenzó a tocarla en sus senos. La víctima intentó poner resistencia pero el imputado apagó las luces de la casa y el televisor, lo que aprovechó para acercarse nuevamente y sacarle a la fuerza las vestimentas de la parte superior, “pese a los ruegos de la menor de que la dejara tranquila”.
En ese instante el imputado la tomó fuertemente de los brazos, succionándole los senos con su boca, actos que desarrolló en forma reiterada, hasta que en un momento la niña logró zafarse y refugiarse en un dormitorio, hasta donde la siguió Cristián Muñoz, quien a la fuerza la trasladó hasta el sector del living, específicamente un sillón, donde la desvistió a la fuerza, tocándole con sus manos los genitales. Fue en ese preciso momento el que aprovechó el imputado para sacarle los pantalones, y cuando la intentaba violar, la pequeña hizo todo lo posible para que ello no se concretara y en un minuto de descuido del abusador lo empujó y escapó, lo que le permitió salir al exterior a pedir ayuda a familiares vía telefónica.
Los mismos, al escuchar los gritos de auxilio, fueron al inmueble y lograron aprehender al imputado. “Cabe precisar que a consecuencia de la agresión descrita la pequeña víctima resultó con petequias abundantes en areolas de mamas”, resalta en su acusación el fiscal.
El 23 de junio Cristián Muñoz fue formalizado y enviado a la cárcel a cumplir prisión preventiva. En esa audiencia se leyó la declaración de la menor, donde daba cuenta de los 10 minutos de terror que vivió en manos de su agresor. Estaba en casa de su abuela, quien había ido a dejar unos remedios a una amiga, cuando se produjo el ataque sexual.