
La propuesta del Senado eleva el techo de endeudamiento de Estados Unidos hasta mediados de febrero y desbloquea el presupuesto federal para reabrir la Administración, paralizada parcialmente desde el 1 de octubre, hasta el 15 de enero, dando tiempo a que el Congreso inicie un debate sobre el gasto y reducción del déficit.
Los líderes de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y de la minoría republicana en esa cámara, Mitch McConnell, han estado al frente de las negociaciones y se prevé que sean ellos los que anuncien en breve el acuerdo.
Mientras, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, está dispuesto a permitir que ese órgano vote primero sobre el plan del Senado, lo que agilizaría el trámite legislativo.
El impacto más grave para los ciudadanos de una suspensión parcial de pagos podría retrasarse algunos días, pero el consenso entre los expertos es que a partir del 1 de noviembre, si no hay acuerdo en el Congreso, Estados Unidos no podrá hacer frente a un gran volumen de obligaciones.
De esta forma, “el gobierno federal reabrirá”, ratificó John Boehner.
“La Cámara de Representantes ha luchado con todo lo que tenía para convencer al Presidente de Estados Unidos de que abriera negociaciones bipartidistas sobre la deuda del país y para una mayor justicia para los estadounidenses bajo ‘Obamacare’”, dijo Boehner en un comunicado en referencia a las fracasadas demandas republicanas a que Obama hiciera concesiones en su reforma sanitaria.
“Esa lucha continuará, pero bloquear el acuerdo bipartidario alcanzado por los miembros del Senado no será una táctica para nosotros”, agregó poco después de convocar una reunión a puertas cerradas con los congresistas republicanos, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes.
“Voy a alentarlos” a apoyar el pacto, “no hay motivo para que nuestros miembros (de la cámara baja) voten “no”, reiteró Boehner en entrevista posterior con una emisora local de Cincinatti, Ohio, el estado del que es oriundo el máximo republicano en el Congreso.
De este modo se da prácticamente por sentado que la cámara baja del Congreso no impedirá el acuerdo forjado a pocas horas de que acabe el plazo en el que según el Departamento del Tesoro el país se quedará sin posibilidad de seguir tomando dinero prestado para saldar sus deudas.