Washington espió los teléfonos de 35 líderes mundiales, según sugiere un memo de la NSA. “Espiar a los amigos es inaceptable”, le dijo la Jefa de Gobierno alemana a Barack Obama. Estaba indignada. Entonces levantó el teléfono y llamó a Barack Obama. “Espiar a los amigos es totalmente inaceptable”, le dijo la canciller alemana, Angela Merkel, al Presidente estadounidense. Ello, luego de que el semanario alemán Der Spiegel revelara que el celular de la Jefa del Gobierno alemán podría haber sido “pinchado” por el espionaje norteamericano. “No se trata de mí en primer lugar, se trata de todos los ciudadanos. Necesitamos confianza entre socios y ésta se tiene que reconstruir”, insistió Merkel, cuya molestia tuvo eco en gran parte de Europa, que reaccionó con igual enojo ante estas maniobras.
“El Presidente comprende las preocupaciones y por ello inició una revisión del sistema de recolección de datos por parte de la inteligencia”, dijo ayer el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney. El Gobierno de Obama dijo también que no espía ni espiará las comunicaciones de Merkel, pero no negó que lo hubiese hecho antes.
Estas declaraciones agitaron las aguas entre Europa y Washington, cuyas relaciones se han deteriorado desde que Edward Snowden -ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y ex analista de la CIA- revelara el modus operandi del espionaje estadounidense a mediados de este año.