En tanto, ayer fueron repatriados los restos del chofer Raúl Pérez Soto. “Estaba vivo, yo le hablaba… Le hablaba y nada. Nunca tuve respuesta”.

Es lo que recuerda Jaime José Manuel Pacheco Pacheco, trabajador de la empresa Cono Sur, quien sobrevivió al trágico volcamiento del camión de carga, donde perdió la vida su compañero Raúl Alejandro Pérez Soto.

Pacheco conversó anoche con Diario El Pingüino, luego de ser atendido en la Clínica Magallanes.

Hasta dicho centro asistencial llegó directo de su viaje de retorno desde Río Gallegos, Argentina.

Con evidentes signos de haber pasado por una experiencia traumática, tanto desde el punto de vista médico como emocional, entregó su testimonio, reconociendo que no es mucho lo que recuerda de aquellos dramáticos momentos del 23 de octubre, alrededor de las 15 horas en la Ruta Nº3, Provincia de Santa Cruz.

“No recuerdo bien qué pasó, estaba distraído pese a estar despierto, la verdad que no sé qué movimiento hizo mi compañero, la verdad no podría explicarlo”, señaló.

Luego, sus recuerdos lo llevan hasta los segundos posteriores al volcamiento: “Hubo un grupo de personas que debió romper el parabrisas para poder sacarme. Al parecer camioneros argentinos me rescataron. Salí de allí, caminé y retorné a ver a mi compañero, que aún estaba vivo. Le hablaba, le hablaba y nada… No respondía. Es muy doloroso todo esto, por mi compañero y su familia”.

Cuenta que junto a Pérez, muchas veces recorrieron la misma ruta. Sin embargo, el destino decidió que este fuera su último viaje juntos.

Jaime Pacheco aprovechó la oportunidad para agradecer la atención médica recibida en Argentina, más aún conociendo el diagnóstico entregado anoche en la Clínica Magallanes, donde se descartaban lesiones graves en su condición médica.

Además se le dejó nula la observación de fisura leve de vértebra.

Agrega que por ahora sólo quiere descansar y permanecer junto a su familia. Mañana comienza con un control médico en la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), donde profesionales evaluarán su condición, puesto que por medidas de prevención deberá portar durante unos días un cuello cervical.


En tanto, ayer llegaron a Punta Arenas el cuerpo (cremado) del malogrado conductor Raúl Pérez Soto.

Sus restos están siendo velados en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ubicada en Rómulo Correa 01523.