La cremación, aún no siendo la panacea en términos económicos, está siendo cada vez más utilizada por los magallánicos. La sepultación en tierra, bóveda o nichos, comenzó a tener una alternativa en Punta Arenas a partir del año 2002, cuando la municipalidad decide comprar un horno crematorio y habilitar el espacio necesario en el mismo camposanto Sara Braun.

La decisión de entregar una alternativa distinta a la sepultación en tierra, nicho o mausoleos, no estuvo exenta de críticas.

El primer año solamente tuvieron siete cremaciones.

Después, el 2003, fueron 14 servicios.

Recién el tercer año comenzó a notarse un incremento, llegando a 47 las cremaciones.

La aceptación continuó siendo buena, según lo confirman los registros del cementerio, y es así que el año 2008 se registraron 81 cremaciones.

Los años posteriores la tendencia al alza se mantuvo, hasta el año pasado que fueron 118 y este 2013, de enero a agosto, el cementerio lleva 83 cremaciones (10 en enero, 11 en febrero, 13 en marzo, 11 en abril, 15 en mayo, 6 en junio, 9 en julio y 8 en agosto).

Este servicio continúa siendo resistido por los adultos mayores, quienes prefieren el sistema de sepultación tradicional, con las tumbas convencionales.

Incluso muchos ni siquiera aceptan los cementerios parque, y prefieren el camposanto municipal.

No así la gente menor de 50 años, que es el segmento que acepta con mayor facilidad la cremación, por todas las ventajas que ello conlleva.

Costos
La cremación de una persona adulta tiene actualmente un costo de $ 656.554 (desglosado en $607.920 el servicio y $ 48.634 la ánfora (el más económico).

Mientras que la cremación de un párvulo cuesta $ 352.594 ($ 324.224 el servicio y $ 28.370 el columbario).

La última cremación de un niño fue el 29 de octubre pasado.

“Generalmente los uniformados utilizan este tipo de servicio, porque como los trasladan se llevan la ánfora”, comentó el encargado de las cremaciones, César Gallardo Barría.

La documentación requerida, incluye el certificado de defunción, certificado médico y una declaración jurada ante notario, de la persona responsable de la cremación, autorizando este sistema y de que el deudo no utilizaba marcapaso.

En casos como este, la única forma de acceder es retirando previamente dicho dispositivo.

Los deudos tienen la opción de llevarse las cenizas al domicilio, esparcirlas en alguna parte o dejarlas en un columbario, que es un nicho especialmente diseñado para este propósito. Los simples cuestan $ 283.696 y el doble $ 445.808.

Actualmente no hay disponibles, pero Alfredo Miranda anunció que está en proyecto la construcción de nichos y columbarios.

El mismo cementerio tiene una capilla ecuménica para los velatorios, con lo cual se evita el cortejo a pie o en vehículo y así después del servicio religioso pasa automáticamente al crematorio.

Sobre el destino final de la urna, existen disposiciones de la Seremi de Salud que obligan a su destrucción inmediata, no puede tener otro uso.

Antes de ingresar el cuerpo al horno crematorio el personal del cementerio lo envuelve en una sábana y lo coloca sobre la bandeja que entra al sistema de calor.

Dependiendo de factores variables este proceso puede durar entre dos horas y media y tres horas.

Patricia Wuth, encargada de ventas del cementerio, explicó que muchas veces las ánforas de párvulos se usan para distribuir las cenizas entre los hermanos. “Por ejemplo, en estos momentos tenemos el caso de una persona adulta fallecida, que la familia dividió sus cenizas en una ánfora grande y dos pequeñas”.