
Lo principal es el establecimiento de una relación adecuada entre el Gobierno y los mercados, en la que estos jueguen un papel “decisivo” en la asignación de recursos y no meramente “básico”, como era la consigna del PCCh hasta ahora.
Para ello, el primer paso debe ser el establecimiento de un mercado abierto y unificado en el que exista una competencia “ordenada”.
Aunque el sector público continuará como el dominante, se alentará el desarrollo del privado, que actualmente abarca el 60% de la economía, para estimular la vitalidad y la creatividad en el desarrollo del país.
El sistema de protección de los derechos se mejorará y las empresas públicas tendrán que regirse por prácticas corporativas modernas, asegura el documento oficial.
Otra novedad será que los terrenos edificables en las ciudades y en el campo podrán ser ofrecidos para su venta en el mercado. Sin embargo, el documento no trae medidas concretas sobre una reforma agraria que permita a los campesinos vender sus tierras.
El partido prevé también el establecimiento de un sistema financiero moderno. China, declara, necesita mejorar sus sistemas fiscales y presupuestario para hacerlos más transparentes y conseguir que las responsabilidades de los departamentos gubernamentales coincidan con sus gastos.