
Al menos 44 personas murieron ayer en Irak en una ola de atentados contra peregrinos chiítas que celebraban la Ashura, la principal fiesta religiosa de esta comunidad musulmana blanco de ataques de los extremistas sunitas. El más cruento se vivió en Saadiyahen, provincia de Diyala, donde un kamikaze vestido de policía dejó al menos 32 fallecidos y 80 heridos. Otras nueve personas murieron en dos atentados casi simultáneos en la localidad de Hafriyah, al sur de Bagdad, donde los peregrinos se habían reunido en una tienda de campaña, indicaron las mismas fuentes. La violencia cerca de Bagdad en la capital de la provincia de Diyala, Baquba, dejó tres víctimas fatales más.