Protagonistas de toma con rehenes a cárcel de máxima seguridad

General
16/11/2013 a las 10:28
Rehén dijo que los delincuentes tomaron whisky, comieron y pidieron perdón. Los dos delincuentes que se atrincheraron con rehenes en una casa de Tortuguitas fueron trasladados a la cárcel de Sierra Chica, una unidad penal de máxima seguridad dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Los detenidos, identificados como Marcelo Ameijeiras y Marcelo García, se negaron a declarar ante las autoridades, al afirmar que no les dan garantías de vida.
El jueves, en plena toma de rehenes, Ameijeiras había dicho que no iba a aceptar ser llevado a una cárcel federal o bonaerense. Y exigió, para poner fin al episodio, ser alojado en la alcaidía de José C. Paz, a la que fue trasladado apenas terminó la toma de rehenes.
Tanto Ameijeiras como García fueron destinados a un pabellón que cuenta con celdas individuales. “Quiero dejar asentado en estado público que mi vida está en riesgo. Los poderes lo están pidiendo así: no quieren que hable”, dijo Ameijeiras, quien fue condenado a perpetua por el asesinato a sangre fría de un joven durante un intento de robo.
Por su parte, la abogada Mónica Chirivín, que defiende a este imputado y a su cómplice, dijo que no declararon porque “no tienen muy en claro las imputaciones y no están en condiciones de hacer un descargo cuando venían ayer de una supuesta persecución”.
A Ameijeiras lo acusan de siete delitos: privación ilegal de la libertad agravada, robo calificado por uso de arma en grado de tentativa (por el auto que se querían llevar), amenazas agravadas por el uso de arma, coacción agravada contra el personal policial y judicial, portación ilegal de arma de uso civil, desobediencia (no quería ser fichado en la comisaría) y daño calificado (porque rompió la luneta de un patrullero de un cabezazo).
En tanto, a García, le imputan tres: privación ilegal de la libertad, robo calificado por el uso de arma en grado de tentativa y portación ilegal de arma de uso civil.
Rehén
Daniel Alberto Presa, tiene 34 años y es el dueño de la casa donde se vivieron horas de alta tensión. Estuvo más de seis horas cautivo junto a su familia con dos delincuentes que entraron a su casa y relató algunos momentos difíciles que tuvo que vivir mientras la policía negociaba la entrega.
“Las amenazas las hacían hacia afuera, a nosotros no. Se tomaron el whisky que había en la casa y al final les preparamos milanesas con arroz”, relató esta mañana desde la puerta de su casa.
“Los peores momentos fueron cuando comenzó todo. Nos ataron y estaban muy nerviosos. Lo único que querián era las llaves del auto. Ni plata ni otra cosa. Nos pegaron algunas patadas porque no encontraban nuestros celulares”, agregó Daniel. Y contó que la que más sufrió fue su hijita de 9 años porque estaba muy asustada. “Le pidieron muchas veces perdón y le dijeron que no le iban a hacer nada. Que se quedara tranquila que ellos también eran padres. En un momento me dio un cuchillo y me dijo que si quería se lo clavara por la espalda. Que lo úncio que querían eran garantías para entregarse y que nada nos iba a pasar”.

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