
A las 14.30 horas comenzó el juicio oral en contra de los dos menores de edad (C.G.F.M., y R.A.Y.S.G.) acusados por el fiscal Eugenio Campos de cometer un “robo con violencia e intimidación”, cada uno de los cuales arriesga cinco años de presidio, en régimen cerrado. Como querellante, por parte de la “Unidad Apoyo a Víctimas” del Ministerio del Interior, actúa la abogada Natacha Oyarzún.
Un máximo de tres días podría durar el juicio, período durante el cual la fiscalía hará declarar a testigos y peritos, como sucedió ayer con los funcionarios de Carabineros, que fueron los primeros en llegar al domicilio del matrimonio, la mañana del asalto.
Según el parte policial, a las 7.30 horas del 29 de mayo los menores irrumpieron en el domicilio de las víctimas. La mujer se encontró con ellos cuando ingresaron a su dormitorio y la golpearon exigiéndole dinero. A punta de cuchillo y garabatos la intimidaron y amenazaron de muerte, mientras buscaban objetos de valor en la casa. Luego golpearon a la mujer en su cuerpo y volvieron a exigirle dinero. Lograron llevarse entre 40 y 50 mil pesos, un teléfono celular Iphone, un computador notebook, entre otras especies.
Luego tomaron a la mujer y la obligaron a recorrer dependencias de la casa, con la intención de buscar más cosas de valor que robar. Al final se llevaron un polerón y un bolso, mientras continuaban diciéndole que la matarían.
En un momento la víctima, que en todo momento temía por su vida, huyó al patio pero la siguieron. Uno de los delincuentes le dijo: “Ahora sí que te mato”. Ella forcejeó con quien trató de acuchillarla y en ese instante los sujetos huyeron, pero al rato fueron detenidos por Carabineros.
Por ser el asalto uno de los delitos más violentos, sobre todo cuando lo sufren personas en su mismo domicilio, la abogada Natacha Oyarzún presentó una querella criminal en contra de los imputados, sobre todo por la violencia con que actuaron los antisociales.
“Adrenalínico”
Uno de los acusados optó por declarar y entregar su versión de los hechos, en el entendido que su abogado defensor buscaba que los jueces le acojan la atenuante de la colaboración.
“Andábamos adrenalínicos”, explicó, tratando de justificar el comportamiento el día del asalto. Incluso confesó que habían inhalado ritalín, moliendo las pastillas hasta convertirlas en polvo.
“Ya no soy la misma”
De cómo este asalto le cambió la vida a ella y a su marido, Ana Julia Alberti lo reseñó en una sola frase: “Ya no soy la misma”.
Pese a que podía declarar tras un separador de ambientes, prefirió hacerlo viendo y enfrentando a sus agresores. El estrés que le provocó esto lo tiene muy claro. Dice saber lo que le está sucediendo a su cuerpo y siente que su vida se ha acortado.
“Son esos dos que están ahí quienes me hicieron esto. El de allá fue el que me golpeó y el otro el que estaba a los pies de mi cama, y los dos tenían un cuchillo”, dijo a los jueces la víctima, apuntándolos con el dedo. “No me voy a olvidar nunca más de la cara de ellos”.
Recordó que uno actuó más violento y que el otro lucía un cuchillo, y que “mientras uno me pegaba, el otro sonreía”.
La experiencia que vivió fue tan traumática que “el primer mes tuve que dormir con todas las luces encendidas de la casa”. Puso rejas, cámaras y sensores de movimiento. “Ahora tengo una fortaleza en mi casa”.
Comentó que ahora, apenas llega al hogar, cierra todas las puertas con llave, revisa las ventanas y puertas. “Y esa no es una conducta que tuviera antes”.
Además, la crisis y angustia personal fue de tal magnitud que tuvo que someterse a un tratamiento sicológico, con el apoyo de una profesional del Centro de Apoyo de Delitos Violentos.
Enferma
Pero no solamente es susto lo que le provocó este asalto, sino que derivó en enfermedades colaterales. “Desde el 29 de mayo he tenido cinco resfríos complicados, un síndrome ulceroso y estuve hace tres semanas hospitalizada en Santiago, por una neumonía, además de presentar una obstrucción respiratoria grave y estuve en peligro de muerte. Mi vida tiene un antes y un después. No he estado bien físicamente, incluso sometida a tratamiento porque ahora soy hipertensa”. Algo que jamás le había sucedido antes de que entraran a robar a su casa.
Incluso, durante el asalto, por momentos temió que uno de ellos la pudiera violentar sexualmente.
El juicio oral en contra de los acusados proseguirá hoy, a partir de las 14.00 horas. Ambos son defendidos por los abogados Richard Maldonado y Juan Ignacio Lafontaine.