Ha escuchado eso de que el líquido energizante no es bueno en exceso o que no es recomendable ni para niños ni adolescentes. Si cree que lo anterior es cuento, lea con mucha tranquilidad. En medio de tanta oferta, tanto de local como de marca, intentamos en la semana averiguar más de las bebidas energéticas, intomables para algunos (principalmente mujeres), adictivas para otros (hombres que recuerdan eso de “un tigre en su motor”).
Lo primero, es que tanta “advertencia” tiene que ver con dos componentes que marcan el sabor de la energizante: la cafeína y la taurina. El sólo nombre asusta. Averiguando, estamos frente a dos componentes energéticos fuertes capaces de alterar la función del corazón, intensificando la potencia de las contracciones.
En uno de los supermercados del centro de Punta Arenas encontramos marcas conocidas y de las otras. Al revisar la composición encontramos los mismos “ingredientes”, salvo por la cantidad de cafeína que contienen. Uno de los reponedores nos explica que se trata de una bebida “cara” (sobre $ 1.200 el tarro) y que algunas de las marcas ofrecen la alternativa light, ¿light? Al probarla nos queda clara la diferencia en el tema del azúcar.
Respecto de las “normales”, después de una verdadera cata nos damos cuenta que -para quien es un hábito consumir este líquido- el paladar es capaz de identificar las marcas.
Ricardo Jorquera Vargas tiene 26 años y se declara un obseso por esta bebida. Obseso porque no sólo las consume, también colecciona sus latas. Asegura que ha llegado a consumir seis en un día y que en promedio suma dos en 24 horas. Advierte, eso sí, que hay semanas en que su consumo no es diario, pero que en sólo imaginar esa bebida helada, siente un deseo enfermizo.
Su adicción, que reconoce, contrasta con el costo, “aunque siempre en la Zona Franca se encuentran buenas ofertas y en uno que otro supermercado la infaltable ‘picá’. Aún así, el bolsillo duele. Supongo que para el fumador (él no lo es) debe ser algo similar”.
Como anécdotas, cuenta que luego de un intenso carrete se tomó dos latas antes del mediodía, “y me aceleré al punto que no pude dormir, quedé como un tomate y hasta me salieron granos en la cara. Fue horrible”.
Peor, señala, fue lo que le pasó a un conocido. “Llegó a jugar al estadio un partido de fútbol. Andaba trasnochado y al término del encuentro se tomó una lata en el camarín. Terminó desmayado, siendo necesaria la intervención del SAMU”.
Si usted cree que estas experiencias son cuentos, considere lo siguiente: la energética contiene cafeína, taurina, ácido pantoténico, vitamina B2, vitamina C y ginseng, lo que mezclado forma un brebaje desintoxicante y estimulante. La guaraná o maracuyá se incluye para dar sabor, saciar la sed y refrescar. Tres o cuatro latas pueden ser equivalentes a más de 15 tazas de café exprés, lo que evidentemente aumenta la frecuencia cardíaca, irritando a tal punto que puede llevar a un infarto.

En el mercado
Su presencia en el mercado magallánico se ha masificado en la última década y se ha popularizado a tal punto que hoy, además de los deportistas y público en general, es consumida al interior de pub y discotecas mezcladas con alcohol.
Dice que los primeros en probar este brebaje en el mundo fueron los asiáticos, aunque tal receta nunca fue revelada. Sin embargo, lo que hoy conocemos como energética se debe al austríaco Dietrich Mateschitz, el “padre” de la Red Bull, quien comenzó vendiendo un millón de latas en 1987. Una década después aumentó a 300 millones.
Estudio
Un reciente estudio de la Universidad de Bonn (Alemania), que acaban de presentar en la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA en sus siglas en inglés), analizó el impacto que tenía en la función cardíaca el consumo de este producto a corto plazo. Para ello se seleccionaron 18 voluntarios sanos, 15 hombres y 3 mujeres de una edad media de 27 años y medio. Cada uno de ellos se sometió a un estudio de resonancia magnética cardíaca antes y una hora después de beber un envase de bebida energética con cafeína (32 mg. por 100 ml.) y taurina (100 miligramos por 100 mililitros).
Comparadas unas y otras imágenes, el estudio radiológico posterior muestra un “aumento significativo de la tensión en el ventrículo izquierdo”, el que recibe la sangre rica en oxígeno de los pulmones y la bombea a la aorta, que la reparte por todo el cuerpo. Es decir: mayor potencia en las contracciones del corazón.
En resumen, se concluye como recomendación un consumo moderado y la prohibición para menores de 14 años y personas con problemas cardíacos.
Y otro antecedente. De acuerdo con cifras de salud de Estados Unidos, el número de personas que han acudido a urgencias por consumir bebidas energéticas se ha duplicado en cuatro años. Desde 2007 hasta 2011, las visitas al médico de urgencias por esta causa aumentaron de 10.000 a 20.000 y en la mayoría de los casos los pacientes eran adolescentes y jóvenes adultos.