
Decenas de miles de personas en las calles, protestas de enorme magnitud y la mayor muestra de indignación pública desde la Revolución Naranja en 2004 son las escenas en las que se mueve Ucrania, desde principio de mes. Pero la marcha de ayer, con decenas de miles de personas en la plaza de Kiev, marcó una ruptura, barrió la fisonomía de la Plaza de la Independencia y dejó derribada la estatua del líder soviético Vladimir Lenin, ubicada en el bulevar Shevchenko. La Plaza de la Independencia se convirtió en el epicentro de la bronca popular, que exige la dimisión del Presidente Víctor Yanukóvich y la del primer ministro, Nikolái Azárov y solicita la convocatoria a elecciones anticipadas.