Los de Rancagua bajaron su primera estrella en 58 años de historia, tras imponerse por la cuenta mínima, anoche en el Estadio Nacional. Los cruzados deberán seguir cargando con su estigma de “segundones”. Era la gran opción de conseguir su primer título y toda la ciudad de Rancagua estaba ilusionada con celebrar un campeonato tras 58 años de historia. O’Higgins tenía que dar un paso más para quedarse con el Apertura, pero en frente tenían al equipo con el que habían empatado en el liderato, Universidad Católica.
En el Estadio Nacional se enfrentaban los dos mejores del segundo semestre y se notó en el juego que mostraron. O’Higgins comenzó mejor el partido y se acercó al arco de Cristopher Toselli para conseguir el gol que les permitiera celebrar. Pablo Hernández comandó al equipo y fue él quien desató la euforia de los hinchas de Rancagua que llegaron en masa al recinto de Ñuñoa.
En el minuto 33, Opazo -en una jugada preparada- sacó un centro al área y Pablo Hernández se anticipó a todos los defensores para marcar el primero del partido. Los simpatizantes del cuadro celeste desataron el grito que tenían guardado por 58 años. El “10” tucumano les estaba dando el ansiado título.
Pero todavía quedaba mucho partido y mucho sufrimiento para O’Higgins. Tras su gran inicio y conseguir la apertura del marcador, los de Rancagua bajaron su nivel y la UC se encontró en la cancha.
En el complemento, los cruzados se fueron con todo en busca del empate y del undécimo título. Los intentos del conjunto de Lasarte eran en vano y apareció la figura de Paulo Garcés. El arquero tuvo su revancha y evitó la caída de su arco ante las ocasiones de Tomás Costa, Ismael Sosa, Michael Ríos y José Luis Muñoz.
Con gran parte de su equipo en área propia, O’Higgins aguantaba la mínima ventaja y lo consiguió. Jorge Osorio pitó el final y se desató la alegría de los hinchas rancagüinos, que se vio empañada por los simpatizantes de la UC que ingresaron a la cancha a golpear a sus rivales, al igual que el jugador Michael Ríos. Pero eso poco le importó a aquellos que esperaron 58 años para gritar campeón por primera vez.
Por su parte, Universidad Católica sigue con su estigma de “segundona”.