El trabajador de Comapa, Miguel Concha Llanos, de 55 años, que estuvo al borde de la muerte luego de sufrir un extraño accidente al ser aplastado por el furgón que conducía, salió del riesgo vital y ahora se encuentra enfrentado a una satisfactoria recuperación. Esposa, Isabel Rodríguez, dijo estar agradecida de todas las muestras de afecto y de lo bien que está su marido.
Los primeros días fueron críticos para Concha y los pasó en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Magallanes. Ahí los médicos desarrollaron un trabajo que le permitió al paciente ser trasladado el martes 10 a la Clínica Magallanes, donde permanece actualmente internado, con un buen diagnóstico, aunque la familia asume que el jefe de hogar deberá pasar la navidad hospitalizado. Difícil que antes de esta fecha pueda ser dado de alta.
La esposa, Isabel Rodríguez, tuvo palabras de agradecimiento para todas las personas que ayudaron a su marido, tanto el día del accidente como quienes mantuvieron una preocupación constante. Incluso comentó que las visitas están restringidas a los familiares directos y que por eso mucha gente que llega a la clínica no lo puede pasar a ver.
“Mi esposo está tranquilo y va muy bien en su recuperación, aunque el proceso es lento”, comentó la mujer. Valoró las cadenas de oración de amistades, vecinos y familiares. Sabe que todo ello ayudó a que Miguel pasara de una etapa crítica a como está ahora. “El apoyo espiritual fue fundamental”.
Lo que sí no recuerda absolutamente nada de cómo se produjo el accidente ni tampoco la familia quiere volver con lo mismo, así que por ahora no es tema de conversación.
Accidente
El sábado 30 de noviembre Miguel Concha, padre de dos hijos, de 26 y 30 años, sufrió lesiones de carácter grave en un accidente que de no mediar la asistencia oportuna pudo costarle la vida.
Aún no existe certeza de cómo sucedió, pero lo que se logró establecer fue que Concha se encontraba en el estacionamiento que da a la bodega de Comapa, en calle Magallanes, cuando repentinamente el furgón que tenía a su cargo, un Toyota Hiace, se soltó y lo aplastó contra un muro del estacionamiento. Al parecer no pudo zafar y las ruedas del vehículo comenzaron a girar hasta que comenzó a salir humo de color negro.
Bomberos fue alertado de esta situación y los primeros en llegar fueron voluntarios de la Primera Compañía quienes con su experiencia en rescate pudieron prestarle los primeros auxilios, vitales para lo que sería su posterior y actual proceso de recuperación.