Dos personas fueron formalizadas por muerte de lobos marinos

General
20/12/2013 a las 12:30
Fiscal Eugenio Campos comunicó el inicio de una investigación por el delito de “maltrato animal”. Tanto la empresaria pesquera Verónica Saldivia Saldivia como el pescador artesanal, Jaime Valderas Velásquez, fueron formalizados por “maltrato animal”, ambos en calidad de autor y grado de consumado, según especificó en la audiencia el fiscal Eugenio Campos.
Así se judicializó un caso de larga data y que en su momento generó gran polémica, incluso captó la atención de medios escritos nacionales, que informaron de la captura y muerte de 30 lobos marinos juveniles capturados en áreas protegidas para llevarlos a varios delfinarios en Moscú, en lo que estaba llamado a convertirse en una exportación no tradicional, desde Magallanes.
Los mamíferos, cuya captura había sido autorizada por la Subsecretaría de Pesca, con fecha 2 de diciembre de 2010, no sobrevivieron y terminaron sepultados en un terreno de Bahía Laredo, perteneciente a la UMAG.
En su momento, el Servicio Nacional de Pesca presentó en el Segundo Juzgado de Letras una infracción a la Ley de Pesca en contra de la Sociedad Comercial Melinka.
Y ahora la fiscalía de Punta Arenas formalizó a los imputados, “porque los primeros meses de 2011, en circunstancias que Verónica Saldivia trabajaba para una sociedad comercial se ofreció para la captura de 30 ejemplares juveniles de la especie lobo marino común en el área marítima comprendida en Magallanes. Es así que trabajando para dicha empresa, la mujer contrató a Valderas con el objeto de que, como patrón procediera a la captura y transporte de las crías”.
En la comunicación de los hechos, el fiscal Campos sostuvo que con maltrato y crueldad se procedió a la captura, pero no de lobos marinos juveniles sino de crías recién nacidas, conocidas como “puppy”, que se encontraban en periodo de amamantamiento, con alrededor de dos meses de nacimiento. “Los cuales no pueden valerse por sí mismo ni destetados, ya que como consecuencia deviene la muerte”, indicó el fiscal, agregando que las especies fueron trasladadas en una embarcación que ni siquiera tenía las especificaciones para el transporte de las crías, “precisamente para causar daño y maltrato del mismo, siendo destetados de su madre y sin poder alimentarse solos”. Recordó que estos lobos marinos no pesaban más de 15 kilos, a diferencia que un juvenil cuyo peso oscila entre los 40 y 60 kilos, lo que llevó a la muerte de los ejemplares.

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