“El equilibrio es la base de la Gran Obra” (Máxima alquímica). VIII.- La Justicia:
Como hemos señalado, los arcanos mayores pueden dividirse en tres grupos o filas. Vamos a estudiar ahora la fila de en medio, el Reino del Equilibrio, llamada así porque se halla a mitad de camino entre el cielo y la tierra. Podemos pensar en la fila superior como la que representa el espíritu; la inferior representa a la Naturaleza y la de en medio al hombre, cuya función es mediar entre los dioses y las bestias, y es quien encarna y simboliza la unión entre el espíritu y la carne.
La espada dorada que muestra la justicia es un arma demasiado importante para utilizarla sólo en complacer a los virtuosos. Nos hemos acostumbrado a vivir en un mundo donde los tramposos prosperan, mientras que los inocentes terminan en la cuneta. Sin embargo, y a pesar de siglos llenos de malestar humano, creemos persistentemente en que la justicia triunfará algún día.
La Justicia permanece sentada ante nuestros ojos, incorruptible y todopoderosa, dispuesta a ahorrarnos las molestias de un conflicto moral al decidir, y definir problemas de inocencia o culpabilidad.
Uno de los significados de la palabra “inocente” es equivalente a ignorante. Sólo la ignorancia se imagina que está libre de culpa. Así pues, cada uno de nosotros tiene que soportar el peso doble de la carga de su inocente ignorancia y el profundo sentido de culpabilidad que viene inevitablemente después de cada mordisco nuevo que le damos a la manzana del conocimiento.
Su espada está derecha, como pudiera sostenerse un cetro o cualquier otro símbolo de poder. Está ahí para recordarnos que no se puede volver jamás a la inocencia de la niñez. Tenemos que asumir la total responsabilidad de cualquier conocimiento sobre el bien o el mal que hayamos adquirido.
El número de esta carta es el ocho y la representación de la cifra arábiga repite en vertical los platillos de la balanza. Los dos ejes, el celestial y el terrestre, están ambos comprometidos en la consecución del equilibrio.
Los dos platillos de la balanza de la Justicia están vacíos, dispuestos a recibir y aceptar nuestra dualidad humana. Cuando aceptemos nuestra doble naturaleza, podremos acercarnos a ella y entenderla. El simbolismo de la Justicia alude constantemente a la unión armoniosa de las fuerzas opuestas.
La barra de oro que las sostiene, las separa, de manera que fuerzas tales como el bien y el mal, el amor y el odio queden separadas; y también las mantiene juntas, para que ninguna de ellas pueda separarse y hacerse autónoma, están comprometidos para siempre en una especie de danza. Un movimiento continuo será su esencia. La Justicia que podemos admirar en nuestro tarot parece inmutable ante el odio o la venganza. Está aquí para equilibrar la ecuación humana, pues está en la naturaleza humana, como en la suya propia, el crear armonía entre las fuerzas opuestas.
Arquetipo:
Aleister Crowley llama a esa carta el Ajuste. El demandante que gana un pleito no puede recobrar nunca todo lo que perdió, sea salud, bienes materiales, tiempo precioso o la honorabilidad de su nombre. El tribunal sólo puede concederle una compensación. La psique, como el cuerpo, es parte de la naturaleza; por lo que no es de extrañar que actúe según las mismas leyes de compensación. El inconsciente actúa siempre de una manera que compensa las carencias del consciente.
Jung afirma que nuestros sueños son complementarios del estado actual del ego y que la palabra complementar significa «completar». Estar completo, no es estar perfecto. La psique es un sistema de auto-regulación cuya meta no es la perfección, sino el equilibrio y la plenitud.
Nuestros sueños también se nos presentan con imágenes, imágenes en movimiento; sus personajes interpretan aspectos de nosotros mismos de los cuales nuestra mente consciente no se da cuenta. Al igual que los dos platillos de la balanza de la Justicia, el consciente y el inconsciente se encuentran en un diálogo permanente. Se hallan en un constante balanceo, en un constante baile de compensación.
El modo en que los dos platillos se oponen entre sí ilustra el sentido original de la palabra “opuestos”, la cual se refiere únicamente a la colocación en el espacio. En su origen, esta palabra no tenía implicaciones de hostilidad ni conflicto, En el principio, tanto histórico como en nuestro desarrollo personal, no se diferenciaban los opuestos. Todo era fluido y confuso. Incluso la conciencia se hallaba inmersa en las aguas del inconsciente.
Alian Watts nos recuerda que, en el origen, la identidad de los opuestos era la misma y lo ejemplifica con varias palabras todavía corrientes en varios idiomas. Cita la palabra latina altus, que significa a la vez, “alto” y “bajo”; la palabra alemana Boden, que significa ambas cosas: “ático” y “sótano”, y el verbo inglés to clea-ve, que significa “unir” y “separar”.
Jung dice que “no se debe olvidar jamás que la moral no fue bajada del Sinaí en tablas de piedra e impuesta al pueblo, sino que es una función del alma humana tan antigua como la humanidad misma...” La Justicia, tal como aparece en en el tarot, es una mujer, y estos temas de conciencia caen en los dominios tradicionales de la mujer, que son los del sentimiento.
Hulmán dice así: “Algunas veces olvidamos que la aplicación de la ley por los jueces es una operación del sentimiento y que las leyes se inventaron, no sólo para proteger la propiedad privada y el poder de la clase dirigente, sino que también fueron pensadas para evaluar problemas difíciles y hacer justicia en asuntos humanos. Juzgar es una cuestión de sentimiento”.
En esencia, la Justicia no se relaciona con la exactitud matemática sino más bien, como Astrea, con la armonía, la belleza funcional y un tipo de verdad que trasciende la pura medida. “La belleza es verdad; la verdad, belleza”. No trata de moralizar ni de castigar crímenes. Se dedica más bien a la restauración de las leyes universales de la armonía y del equilibrio creativo.