
En su discurso televisado, aprovechó una de sus escasas intervenciones públicas para referirse por primera vez a la reciente purga y ejecución del que fuera su mentor y uno de los hombres más poderosos del régimen. “El año pasado se tomó la decidida medida de sacar facciones de escoria del partido (...) y esta purga de elementos antipartido y antirrevolucionarios lo ha fortalecido”, apuntó Kim sin mencionar en ningún momento el nombre de su tío.
El líder del régimen comunista aprovechó su discurso televisado de casi 30 minutos para hablar también de economía y de un acercamiento entre Pyongyang y Seúl, aunque advirtió de la posibilidad de una “mortal catástrofe nuclear” que afectaría también a EE.UU., si estallara una guerra en la Península de Corea, según consigna agencia EFE.
Tanto Corea del Sur como la comunidad internacional observan con mucha atención las escasas palabras de Kim Jong Un, que por segundo año consecutivo ha decidido dirigirse al país con motivo del Año Nuevo, al estilo de los líderes occidentales.
Sin embargo, durante su intervención el líder norcoreano hizo múltiples alusiones a los frecuentes ejercicios militares conjuntos que Seúl y Washington llevan a cabo en Corea del Sur y los calificó de “entrenamiento nuclear contra el Norte”.
En este sentido, advirtió que una accidental escaramuza militar en la Península de Corea, enfatizó que Estados Unidos “nunca estará a salvo”.
Kim insistió también en su compromiso para promover el desarrollo económico de la empobrecida Corea del Norte, víctima de constantes hambrunas, sobre todo impulsando el sector agrícola.
La última vez que se escuchó la voz del dictador en los medios norcoreanos fue el pasado mes de abril.
El joven líder realizó su primer discurso televisado de Año Nuevo en 2013, algo que nunca hizo su padre, Kim Jong Il, en 17 años de mandato, que prefería que sus palabras fueran recogidas a modo de editorial por los periódicos del régimen.