
"En Magallanes, será en los café a media mañana de donde saldrán nombres para ser enviados a Santiago, pero allá -para variar- se tomarán las decisiones finales”. En los últimos días se han intensificado las reuniones por negociaciones. En Santiago, especialmente. En Magallanes son los café a media mañana los que envían las primeras señales al entorno de Michelle Bachelet de quiénes deben entrar. La mandataria electa retorna a La Moneda después de cuatro años con una nueva coalición –la Nueva Mayoría, que incluye al Partido Comunista- y con un ambicioso plan de reformas, que contempla modificaciones tributarias, constitucionales y en el área de la educación. Y ahí, dentro de ese nueva conglomerado ya se empezaron a sentir las presiones. Algunos ejerciendo para que la mandataria tome medidas audaces. El PPD, el PC y un sector del Partido Socialista quieren que la Presidenta, en su primer año, dé claras señales sobre las reformas que demandan los movimientos sociales. Por su parte, la Democracia Cristiana y algunos dirigentes del socialismo plantean que los cambios deben ser con urgencia, pero también con prudencia. Una de las grandes interrogantes para los próximos meses es como sostendrán acuerdos respecto de cómo enfrentarán el nivel de movilización ciudadana que innegablemente se les vendrá encima en esta nueva administración.