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Sin jerarquía, con los mismos pecados de siempre y con la ausencia en banca del técnico (suspendido en el partido pasado), la U sufrió eso de no hay peor astilla que la del mismo palo, ya que fue uno de sus grandes proyectos (por lo menos para Sampaoli), desechado por Figueroa, el que anotó la única cifra para Palestino: Juan Ignacio Duma.
En líneas generales el partido fue aburrido, con una U atacando sin profundidad y un equipo tricolor mezquino y apostando al contragolpe.
En los azules el rendimiento fue el mismo de siempre: malo, salvo el nivel mostrado por Fernández y el paraguayo Rojas. El resto para el olvido, y con la insistencia de Figueroa de seguir apostando a Magalhaes y Díaz, además de un Lorenzetti irreconocible y que ratifica que no se siente cómodo cediendo el protagonismo a Fernández.
Anoche, Palestino nunca se vio muy complicado. Gustavo Lorenzetti con un cabezazo a los 65’ y Francisco Castro con un remate a quemarropa que neutralizó de forma notable Felipe Núñez a los 74’, fueron las ocasiones más claras para los azules.
Cuando faltaban sólo 6 minutos para el tiempo reglamentario, una contra perfecta de Palestino terminó con una notable habilitación de Roberto Gutiérrez a Juan Ignacio Duma que definió con el arco a su merced. Disculpas para la hinchada azul del joven atacante, tras la conversión.
Seguirían los intentos en ambos arcos, pero el marcador ya estaba sentenciado.
Situación insostenible
Lo de Figueroa en la U se hace insostenible. Su paso por los azules es resistido por la hinchada que se cansó de promesas y no le perdona aquello expresado en su presentación hace más de 7 meses, cuando prometió renunciar si no era campeón. Y no sólo no ganó el Apertura, del cual quedó tempranamente eliminado, sino que quedó fuera de la Copa Chile y perdió los clásicos con Colo Colo y Universidad Católica.
No obstante, su peor pecado ha sido no darle un sello futbolístico a la U, un equipo que a todas luces no tiene un fondo de juego.
Peor aún, el técnico desató en la semana una fuerte polémica, acusando a los dirigentes de no traer los refuerzos que pidió, “destrozó” al recién llegado defensa argentino de Boca Juniors, Caruzzo, e incluso se refirió despectivamente al futuro presidente de Azul Azul, Carlos Heller. Así, parece que Figueroa tiene los días contados en la U.