
"Tenemos el agua más pura del mundo, pero ¿Cuántos magallánicos tienen acceso a conocer las maravilas que posee esta región?”. Hace algunos días, una publicación señalaba que el agua más pura del mundo se encuentra en la Región de Magallanes. En esa información se cita a la doctora en biología de la UMAG, Tamara Contardo, quien explica que “Isla Navarino está localizada fuera de las corrientes de aire que transportan los contaminantes desde las zonas industriales de Sudamérica y del hemisferio norte. Por lo tanto, no hay lluvia ácida y eso provocaría que las aguas de los ríos sean también las más limpias del planeta”. Estas son las informaciones que a los magallánicos nos debieran llenar de orgullo, por las bondades que ofrece esta región, pero también nos comprometen a una responsabilidad irrestricta con la conservación ecológica. No hay lugar más prístino que la región en la que habitamos. Ricardo Rozzi, director del Parque Omora, agrega también que el agua lluvia en Navarino “no tiene plomo, azufre, nitrógeno ni otros elementos químicos que provocan la acidez de la lluvia que deteriora la vida en el hemisferio norte”. Un ejemplo que se señala es que en los ríos de Navarino hay gran cantidad de insectos que no existen en el hemisferio norte y que ello obedece a la pureza de las aguas. Por esto, es también importante la conectividad, porque todas esas bellezas de nuestra propia región no son conocidas por la mayoría de sus habitantes y para qué decir por el resto de Chile. El parque en Yendegaia podrá ser el primer paso, para que en un futuro cercano existan mayor integración y todas esas maravillas puedan estar al alcance del ciudadano de a pie.