
La iniciativa legal, contiene entre sus fundamentos, la obligación de los médicos y otros profesionales, como dentistas y matronas que prescriben medicamentos, a colocar en la receta, el nombre comercial del fármaco y la denominación genérica.
Por otro lado, todos los remedios deberán tener escrito el precio en su caja o envase y se obliga a las farmacias a tener disponibles los medicamentos bioequivalentes aprobados por el ISP.
Además, la ley permite la venta de remedios que no requieren receta médica en las góndolas de las farmacias, como: analgésicos, antigripales, antiinflamatorios, jarabes para la tos, descongestionantes y vitaminas, entre otros; y se autoriza la venta por unidades.
En aquellos lugares donde no existan farmacias establecidas, se autoriza la venta de remedios a través de farmacias móviles o almacenes farmacéuticos. Y en caso que estos servicios no estén instalados, se autoriza a los consultorios y hospitales de esa localidad a suministrar al público estos productos.