
Un grupo de activistas neonazis protagonizó desórdenes en la Plaza de Armas de Santiago, frente a la Catedral Metropolitana, donde agredieron verbalmente a ciudadanos peruanos. Los ciudadanos peruanos que allí se reunieron para esperar el fallo, recibieron duros insultos de parte de los llamados “neonazis” y otras personas que también manifestaban una postura discriminatoria. Algunos incluso llamaban a iniciar “una guerra” con el vecino país. También hubo algunos altercados a golpes, principalmente entre los exaltados y chilenos que se oponían a sus consignas e insultos contra los peruanos.