Al minuto 7, Jesé marcó el 1-0 tras un gran control a un magnífico pase largo de Xabi Alonso. El partido estaba finiquitado, el Madrid lo sabía y fue bajando el ritmo ante un Espanyol que quería pero no podía acercarse con peligro real a la meta de Casillas que sólo tuvo algo de trabajo en la recta final de la primera parte.
Así, jugando a medio ritmo, el equipo blanco pudo marcar más goles, pero apareció la figura de Casilla para volver a amargarle la noche a Cristiano Ronaldo que se desesperaba viendo como una y otra vez se estrellaba contra el meta del Espanyol.
El partido no tenía mucho interés futbolístico, pero sí en las gradas, concretamente en la sur, donde la guerra entre los Ultra Sur y el resto del Bernabéu ya es evidente.
La segunda parte fue un puro trámite en el que el Espanyol quiso maquillar el pobre papel de la primera y adelantó un poco las líneas. Sin embargo, era el Real Madrid el que llegaba con más peligro, pero siempre encontrándose con un inconmensurable Casilla que seguía desesperando a un Cristiano Ronaldo que no acertaba a batir al, por cierto, canterano blanco.
De hecho, a tal punto llegó su desesperación que le hizo una entrada por detrás a Sidnei que fue amarilla y estaba más cerca de la naranja tirando a rojo. Decisiones del árbitro Fernando Teixeira Vitienes que seguía sin contentar a nadie y que en el minuto 77 expulsó a Víctor Sánchez que vio la segunda amarilla. Si mal estaban las cosas para el Espanyol, peor se le pusieron con un jugador menos.
La recta final del partido fue de puro trámite con un Real Madrid que esperaba el final del partido, mientras que el Espanyol buscaba ese gol del honor que disimulara un partido en el que disparó sólo una vez entre los tres palos. Una muestra de lo fácil que fue para el Madrid pasar a semifinales
El conjunto merengue pudo completar 20 encuentros sin conocer de derrotas, igualando así la marca que hasta hoy tenía el plantel que dirigió José Mourinho hace algunas temporadas.
Pero sin duda alguna uno de los números que llamó más la atención fue el que rompió el portero Iker Casillas quien batió el récord de imbatibilidad en toda la historia del Real Madrid. El arquero merengue tuvo 685 minuto sin recibir goles en su arco.
Con la marca conseguida por Casillas, logró superar al arquero Paco Buyo quien había dejado el registro en 658 minutos.