“Entrega fraudulenta” es como se conoce el delito por el cual ayer fue condenado Manuel Enrique Sánchez Muñoz, quien cometió un hurto a una persona mayor utilizando la vieja maniobra del “cambiazo”. La víctima le compró joyas de oro pero luego se las cambió por otras de bisutería.
El método conocido como el “cambiazo” consiste en abordar a personas, sobre todo de avanzada edad y, como en este caso, les muestran anillos y cadenas falsas, les ofrecen probárselas, quitándoles las joyas auténticas, para luego devolverle otras parecidas, pero falsas, quedándose el estafador con las de valor.
Algo parecido le sucedió a un joyero de Punta Arenas que se reunió en un céntrico café con dos individuos, Juan Pablo Castillo Terra y Manuel Enrique Sánchez Muñoz, quienes le venderían joyas de oro. Una vez exhibidas y habiendo comprobado la víctima su autenticidad, se las entregó a Sánchez para que las guardara en una caja. Castillo aprovechó de conversar y distraer a la víctima lo que aprovechó el otro imputado para ejecutar el engaño, consistente en botar la caja al suelo mientras que el otro acusado distraía a la víctima. En ese momento el condenado cambió la caja y entregó a la víctima otra caja haciendo creer al afectado que era la misma, y canceló 600 mil pesos por las supuestas joyas. En la casa se dio cuenta que había sido estafado.
Respecto al segundo acusado, Juan Pablo Castillo Terra, ayer no se presentó al juicio oral porque fue detenido en Valparaíso por otro delito y será traído en febrero, a enfrentar el mismo juicio por el cual ayer su amigo de fechorías fue encontrado culpable. Para esta persona la fiscal Wendoline Acuña solicita una pena de tres años de presidio y 540 días por el delito de amenazas simples.