La carta consta de cinco puntos principales, recordándole primeramente a Boccazzi que en marzo de 2013 le manifestaron, con el apoyo del Colegio Regional de Profesores, su malestar y preocupación por la designación de Mansilla como director, pese a tener los antecedentes aportados por un ex orientador, “quien sufrió maltrato de parte de Arturo Mansilla, motivo por el cual estuvo con licencia siquiátrica y se vio en la necesidad de tramitar su jubilación anticipada, como única forma de dar término a esta situación”, según consta en la misiva.
Agregan los docentes que en el encuentro con el alcalde, éste les manifestó que había conversado con el director, y que le pidió “cambiar su temperamento y trato hacia la comunidad educativa”, para luego esperar un tiempo prudente para luego evaluar la situación.
Pese a ello, los profesores manifiestan en la misiva que “a la fecha no sólo seguimos en las mismas condiciones, sino que han empeorado”.
En este marco dicen que sería largo enumerar las diversas situaciones que han enfrentado, resumiendo éstas en que la comunidad educativa de la Escuela Hernando de Magallanes ha sido víctima de amenazas, maltratos verbales, hostigamientos y burlas. En consecuencia de ello es que cuatro docentes han estado con licencia siquiátrica, y que pese a que dos de ellos se reintegraron, todos siguen con el tratamiento.
“Lo más doloroso de esta situación es el temor que se percibe en el ambiente, ya que nuestra comunidad educativa no tiene cómo defenderse de las injusticias, debiendo acatar en forma sumisa las decisiones unilateralmente tomadas por Mansilla, sin ni siquiera consultar previamente al equipo directivo”, manifiestan, destacando que “su forma de hablar déspota, burlona, prepotente y poco ética ha logrado anular nuestra comunidad educativa, con una trayectoria reconocida en el ámbito profesional y gremial”
Esta denuncia se la hicieron llegar, además del alcalde, al Colegio Regional de Profesores y a la Superintendencia de Educación.
Otros casos
Sumado al caso del ex orientador, se mantiene el de una docente con 30 años de servicio en la escuela, quien desarrolla la función de profesora de religión del primer ciclo básico, pero “se le cambió de forma arbitraria y sin consultarle”, a la asignatura de tecnología de quinto a octavo básico.
Según consta en el escrito, el cambio fue tomado por la docente como “un menoscabo en su quehacer y dignidad laboral, luego de haberse entregado por completo a la docencia formando niños con valores cristianos, que es con lo que más se identifica”.
A su vez, señalan que se dejó sin horas de clases a otro profesor.
Por lo anterior, le pidieron al alcalde Boccazzi que les explique claramente qué atribuciones y poder tiene un director de escuela, como Mansilla, para tomar decisiones de estas características, “que dejan a la comunidad educativa en la mayor incertidumbre e inestabilidad laboral”.
Por último exigen remover al director para no “verse obligados” a iniciar acciones legales, con el objeto de obtener respeto, ser valorados y poder desarrollar sus funciones en forma digna y armónica, culminaron.
Declaraciones Julián Mancilla
Quien acompañó a los docentes en todo el proceso, fue el en ese entonces presidente regional del Colegio de Profesores, Julián Mancilla, quien señaló, tras entregar la documentación a la presidenta del Concejo Municipal, Claudia Barrientos, que el director “fue un docente igual que sus colegas denunciantes y ahora por tener este cargo ha amenazado a varios de ellos con expulsarlos del establecimiento y, más aún, vive amedrentándolos con diversas amenazas”.
El concejal sostuvo que entre los afectados se encuentra una profesora que padece cáncer, enfermedad que se ve agravada con las constantes acciones denigrantes que ha debido soportar, argumentó.
Mancilla dijo que el director se olvida que presta servicios en un lugar donde su principal función es el educar a niños, a los que se debe entregar valores de respeto, dignidad, y solidaridad.
“Acá existe menoscabo laboral, maltrato sicológico y hasta amenazas, situaciones que no permiten desarrollar la actividad de la educación en forma normal, por cuanto la condición mental de los profesores se hace evidente por el propio estrés, ante el alumnado”, dijo Mancilla.