En Chile son casi 100 los autos que se roban a diario, mientras en Punta Arenas las estadísticas hablan de una cifra similar pero al año. Desde 2012 se viene dando no sólo una constante en cuanto a números, sectores, modus operandi y características, también se coincide en períodos en que se registra un aumento considerable. Un buen ejemplo de esto último fue en noviembre-diciembre del año pasado, cuando se llegó a 17 vehículos sustraídos en un mes.
Ya durante las tres últimas semanas se han cometido a lo menos seis de estos delitos, de los cuales 80%, aproximadamente, termina en denuncia. El otro porcentaje tiene que ver con la decisión de los afectados de recurrir sólo a los medios de comunicación para dar a conocer el hecho. En esto, la instantaneidad de la radio ha resultado fundamental para esclarecer, a veces en tiempo récord, algunos de los ilícitos.
En general, y de acuerdo con Carabineros, más del 90% de los robos de autos terminan con la ubicación de los móviles. Sin embargo, en el último tiempo el accionar de los antisociales no sólo se ha limitado a desvalijar las máquinas, sino que a incendiarlas.
“Pirómano”
A mediados de 2012 no fue el robo de autos el que causó alarma en Punta Arenas, fueron los atentados incendiarios que terminaron con 14 autos destruidos y una persona detenida y condenada a siete años de cárcel por su autoría en cinco de estos delitos.
Meses después y ante el incremento de los robos, las posibilidades plantearon la posibilidad del actuar de una banda organizada. Sin embargo, a posteriori, en cada detención se ven involucradas a lo menos tres personas, quienes, en su mayoría, son menores de edad. A nivel judicial, el término normalmente es una formalización por receptación o una salida alternativa, y ni hablar de la responsabilidad de quienes tienen menos de 18 años.
Lugares comunes
Los objetivos del robo de vehículos dependen mucho del lugar donde se registra. En Santiago y en las grandes ciudades, por ejemplo, este tipo de delito está asociado a bandas organizadas con un objetivo netamente económico.
El nivel y la destreza delictual llega a tal punto que en cosa de horas un vehículo robado cambia de color, incorpora elementos distintos en su estructura y es ofrecido hasta con documentación, “en regla”. Y se trata de autos de varios millones, sustraídos principalmente de estacionamientos de mall y aeropuertos.
En el caso de Punta Arenas, la recuperación permite apreciar que el objetivo del robo no es otro que “entretenerse” a costa del sufrimiento ajeno. En segundo lugar, existen indicios que muchas de estas máquinas sufren el robo de elementos que son fáciles de reducir (radios, llantas, neumáticos y hasta baterías).
En cuanto a modelos, la constante apunta a vehículos de los ’80 y ’90, como los Toyota y los Nissan.
Casos recientes
Durante las últimas semanas el robo de autos se ha activado, con denuncias, detenidos, recuperación y quemas. En su mayoría, los casos se han registrado en el sector sur de la ciudad.
En estos, un punto que no deja de llamar la atención: la preferencia por los Nissan V16, considerado como el favorito de los robos en Chile.
Se dice que este auto japonés es fácil de desmantelar y sus piezas fáciles de vender. La debilidad por estos móviles quedó de manifiesto el pasado 29 de enero en la Población Raúl Silva Henríquez, cuando uno de estos vehículos fue sustraído desde el frontis de una vivienda. En tanto, ayer de madrugada otro Nissan desapareció desde calle Quillota, sector Playa Norte. Horas después fue encontrado a orillas del Estrecho, frente al Parque María Behety. Había sido chocado.