
“Es una investigación que no debe ser difícil de realizar porque lo que tienen que verificar es si la inteligencia que estaban haciendo (los militares) era una inteligencia normal, lo cual hay que proteger, o si aprovecharon e hicieron inteligencia ilícita”, explicó el Mandatario.
Santos declaró el martes que la supuesta interceptación de comunicaciones a sus delegados de paz -denunciadas por la revista Semana- eran “totalmente inaceptables” y estarían encaminadas a frustrar las negociaciones que su gobierno adelanta desde hace 15 meses en Cuba con las FARC.
El Mandatario colombiano también defendió las labores de inteligencia legales e insistió en la necesidad de mantenerlas.
Además de la investigación interna del Ejército, en medio de la cual fueron relevados de sus cargos dos jefes de inteligencia militar el mismo martes, la fiscalía ya trabaja en el caso y el fiscal Eduardo Montealegre dijo que la labor del ente judicial consistirá en determinar si hubo “extralimitación de funciones” por parte de los uniformados.
De hecho, el Gobierno ya sabía de las escuchas antes de la revelación de la revista Semana y la fiscalía realizó hace 11 días un allanamiento en Bogotá, en el que incautó equipos de cómputo que le permitirán adelantar las investigaciones.