El clima del noreste de Inglaterra es tan horrendo desde comienzos de año que fue necesario dar antidepresivos a los pingüinos de un centro de vida marina. Los 12 pingüinos de Humboldt originarios de las costas de Chile y Perú mostraban señales de estrés tan graves que se decidió colocar comprimidos en los peces que devoraban a la hora de la comida, explicó el viernes a la AFP Lyndsey Crawford, una responsable del refugio de Scarborough, situado sobre el litoral atlántico de Yorkshire, azotado por las tempestades.
A pesar de que proceden de una región “donde las condiciones meteorológicas son comparables”, los pingüinos “simplemente no están acostumbrados a ese tipo de mal tiempo durante un período tan prolongado”, agregó una de sus colegas.
Los pingüinos manifiestan su nivel de estrés permaneciendo en el calor, en lugar de entrar al agua, que es su elemento natural.
Los comprimidos están destinados también a fortalecer su frágil sistema inmunitario. “Nosotros esperamos que se den cuenta de que no corren peligro alguno. No saben nada de su tratamiento. Se trata de cápsulas pequeñitas, insignificantes. Su sabor no es desagradable”, indicó Lyndsey Crawford.
Los pingüinos de Humboldt están amenazados de desaparición en su hábitat natural en Chile y Perú debido a diversos factores como el calentamiento climático, la pesca excesiva de las especies de las cuales se alimentan, la proliferación de la animales que comen sus huevos y los problemas cuando se enredan en las redes de los pescadores.