
La capital china permite desde ayer tener un segundo hijo a las parejas en las que uno de los dos cónyuges no tenga hermanos, informaron las autoridades locales de Beijing. Autoridades sanitarias y de planificación familiar chinas estiman que esta reforma hará que nazcan dos millones de niños chinos más cada año, lo que aumentará de siete a nueve millones la cifra total de nacimientos anuales.
La política del hijo único se inició a finales de los 70 y principios de los 80 para frenar la superpoblación, pero en los últimos años expertos y legisladores chinos han abogado por su relajación, debido a problemas como el rápido envejecimiento poblacional o la escasez de mano de obra.