
Sin embargo, para que la siesta sea beneficiosa debe cumplir ciertos requisitos, enumerados en un extenso artículo publicado por The Huffington Post.
Se asegura que una siesta de 20 ó 30 minutos es suficiente para descansar. No obstante, advierte que “si lo que se pretende es mejorar el rendimiento cognitivo o aprendizaje sería más beneficiosa una siesta de 90 minutos porque en esa se llega al sueño REM, que es cuando se consolida lo asimilado”.
Se recalca, además, que se debe imitar en lo posible el sueño de noche, con una habitación a oscuras o usando algo para taparse los ojos. Y durante ese período lo recomendable es buscar el silencio, y no con el televisor encendido, puesto que las imágenes y el ruido de una película provocan que el cerebro no descanse como lo haría si no hubiese ruido.
Lo ideal, es que la siesta no pase más allá de las cuatro de la tarde, ni se haga antes de las doce del día, por tratarse de períodos cercanos al levantarse o acostarse, lo que disminuye la inercia del sueño nocturno.
Por otro lado, el doctor James Maas asegura en su libro “Sleep for Success!” que es recomendable anotar tareas pendientes para dejar la mente en blanco y descansar sin la preocupación propia de actividades por realizar.
Y si bien se recomienda apagar el teléfono celular para evitar llamadas o mensajes molestos, la autora del libro “Snooze … or Lose!”, Helene Emselle, aconseja dejar una alarma para evitar exceder el tiempo recomendable de siesta.