
Atacantes dieron muerte al menos a 29 personas en la estación meridional china de Kunming. La Policía abatió a cuatro de los asesinos y detuvo a una mujer supuestamente relacionada en el incidente, que las autoridades atribuyeron a grupos separatistas uigures procedentes de Xinjiang, hogar de esta minoría étnica de religión musulmana y donde tienen lugar frecuentes enfrentamientos entre miembros de esta minoría y la mayoría Han.
De confirmarse las sospechas de Beijing sobre conexiones entre el ataque de Kunming y grupos terroristas de Xinjiang, el Gobierno prometió mano dura con los responsables del suceso que sería el más sangriento ligado con el conflicto y sucedido fuera de la región, donde en los últimos dos años han muerto decenas de personas en enfrentamientos entre autoridades y rebeldes.