
Quizá por eso, el secretario de Estado decidió realizar la última actividad pública de su administración en la región más austral de Chile, al participar ayer en la Expogama.
-Al terminar su administración, ¿cómo queda Magallanes en temas agrícolas? ¿Cuál es la sensación con la que deja el cargo?
“Le entregué todos los antecedentes al nuevo ministro para mostrarle dónde dejamos la vara en temas de Agricultura, en general en el país y en esta zona. Creo que la vara la dejamos muy alta. Por el bien del país, eso hay que continuarlo. Esto es como una carrera de posta: uno tiene que llegar lo más rápido posible a la meta y después otro tiene que tomar este bastón y seguir adelante”.
-¿Cuáles son los énfasis que deberían hacer las nuevas autoridades?
“A nivel nacional y en Magallanes, quienes vengan deben tener una labor muy profesional, muy atenta, dejar la política de lado y tener una visión global. Hay que continuar la apertura de mercado, continuar aprovechando la oportunidad que se nos viene”.
-¿Dónde está esa oportunidad, ministro?
“El mundo cada vez está demandando más alimento, y nosotros como país somos proveedores. Tenemos un prestigio, tenemos que cuidarlo. Hay que fomentar y darle todas las herramientas a nuestros proveedores para que puedan aprovechar estas oportunidades. Eso redunda en crecimiento, del país y de la región”.
Hoy, Luis Mayol vive sus últimas horas como ministro de Agricultura. Cuenta que, luego del cambio de mando, pretende volver a sus negocios agrícolas “aunque mis hijos se han hecho cargo y lo han hecho mejor que yo”, cuenta entre risas. Entre sus proyectos personales, hay uno en particular que lo podría traer de vuelta a la Región de Magallanes: “Algo un poquito más turístico, en Tierra del Fuego. De esta zona, no me voy a desvincular”, asegura.