Tras el juicio simplificado realizado la semana pasada, en contra de una mujer que estafó a un anciano, ayer se dictó sentencia. María Elena Barros Nahuel, fue condenada ayer, por el Tribunal de Garantía de Punta Arenas, a la pena de 540 días de presidio remitido y al pago de 11 Unidades Tributarias Mensuales, como autora del delito de estafa.
Cabe recordar que durante el juicio simplificado, la fiscal especialista en delitos económicos, Wendoline Acuña, probó que el delito se consumó el año 2012, luego que la mujer contactara a al adulto mayor, de 74 años, de edad, Sergio Ávila Vera, analfabeto, con el fin de convencerlo, mediante engaño, de efectuar los trámites de posesión efectiva de una casa que él heredó de su madre. Es así que luego de varias visitas, el 7 de mayo, la víctima confirió mandato general a Barros, otorgándole amplias facultades, el cual usó, sin el consentimiento del propietario, para venderse a si misma el inmueble heredado, ubicado en la Población 18 de septiembre y la propiedad que actualmente habita el adulto mayor, ubicado en pasaje Yungay, señaló la fiscal Acuña el día del juicio. “Aquí el afectado es un anciano inválido, analfabeto y que fue engañado por una pariente lejana, que lo vio como blanco fácil por las condiciones en que se encontraba. Ella logró que firmara un documento ocultando su verdadera intención, le dijo que era para obtener una posesión efectiva de una propiedad que la víctima había heredado de su madre. Sin embargo, en ese documento ella incorpora facultades que no habían sido autorizadas y que tampoco tenían la intención de entregar, de autocontratar. Con esa amplia facultad, luego de haber obtenido la posesión efectiva con amplias facultades representándolo a él, va y se autovende la propiedad que la víctima había heredado y más tarde con ese mismo mandato se autovendió la propiedad que el anciano habitaba, inscribiéndola más tarde en el Conservador de Bienes Raíces, despojándolo de los derechos de los inmuebles que le pertenecían y que él jamás había consentido. En el juicio se logró acreditar las circunstancias fácticas”.
Ávila Vera vive hace más de 50 años en su casa ubicada en calle Yungay Nº 0336, donde siempre pensó que habitaría, hasta que fue engañado, tal como lo indicó a Diario El Pingüino, el popio afectado: “Ella llegó a la casa y me hizo firmar un papel. Le pregunté para qué son esos papeles y me dijo que eran unos trámites. La casa era mía, nunca pensé que ella se iba a adueñar. Vivo solo y esto es una estafa que me hicieron, quiero que me devuelva mi casa, ya que todos los papeles los hizo a escondidas”.