Los hechos ocurrieron cuando el concejal adquirió cerca de un centenar de corderos, para comercializarlos a profesores, asistentes de educación y personas naturales, pero al sufrir la descomposición de estos, decidió botarlos en el vertedero.
El concejal Mario Pascual concurrió a estampar una denuncia oficial ante la entonces seremi María Isabel Iduya, contra quienes resulten responsables por el depósito. El concejal presentó una carta pidiendo oficialmente que se haga efectiva la investigación por la cantidad de animales muertos, “y que se haga el estudio correspondiente sobre la legalidad de lo ocurrido en el vertedero”.
Ayer Mancilla dijo que “está todo aclarado en Impuestos Internos, pero en definitiva esta fue una acusación de mala leche, el concejal Mario Pascual sabía perfectamente que había venta de corderos, incluso él estaba anotado y por lo tanto sólo se trató de destruir mi imagen, de un acto de mala clase, y yo asumiré la responsabilidad que me competa, pero él tendrá que asumir que en política no se hace este chaqueteo, que quede en su conciencia y yo con la tranquilidad de haber pagado la multa”.
De ahora en más Salud deberá continuar con la investigación que lleva a cabo, manifestando el concejal que “ya fui a declarar y estoy absolutamente tranquilo, porque si tuviera que botar corderos malolientes, lo volvería a hacer, pero ahora sabiendo los procedimientos que se deben realizar”.