
Esto, porque el condenado estuvo presente el 4 de marzo de 2007, cuando su amigo Christian Arrobash Álvarez cayó al vacío desde el puente de la avenida Eduardo Frei a la altura del río de las minas y murió. Miño prestó declaración voluntaria ante personal de la SIP de Carabineros, aportando antecedentes falsos a la investigación, “señalando en su declaración que había observado los momentos en que Ricardo Pinto Quevedo había empujado desde el puente a Arrobash ocasionándole la muerte, antecedentes que llevaron al ministerio público a desarrollar diligencias de investigación y a solicitar la detención del imputado quien al día siguiente fue formalizado y enviado a prisión preventiva, como autor del delito de homicidio.
Sin embargo, el 27 de diciembre de 2007, y en nueva declaración prestada ante la Brigada de Homicidios (BH) de la PDI el imputado se retractó de lo señalado inicialmente, “reconociendo haber mentido y culpado falsamente a Ricardo Pinto por cuanto nunca lo vio empujar al occiso desde el indicado puente”.
Aceptando los hechos de la acusación, el imputado Roberto Miño terminó sentenciado por el juez Pablo Miño a cien días de presidio.