Los hechos se remontan a octubre de 2012, cuando tras una investigación realizada por personal de la sección OS-7 de Carabineros, a través de escuchas telefónicas, se determinó que Alejandro Mauricio Vidal Hernández, en ese entonces de 34 años, ingresaría una cierta cantidad de droga desde Argentina a la Región de Magallanes. Fue así que desde el 7 de octubre de ese año, Vidal viajó en bus en dirección a Río Gallegos, donde adquirió la droga, para posteriormente ingresar a pie por un paso no habilitado.
La fiscalización policial se realizó en la Tenencia de Kon Aiken, luego que José Luis Bravo España, ya había ido a encontrar a Vidal, a quien se le iba a pagar 100 mil pesos por el traslado. En la fiscalización, personal policial ya se encontraba apostado junto a un grupo de la sección de OS-7 de la institución uniformada. Así lo indicó en el juicio, el capitán Néstor Romo, jefe en esa época de la sección antidroga. “Nosotros estábamos apostados en lugares estratégicos. Sabíamos que los imputados iban a intentar arrancar, por lo que les dijimos a los carabineros de Kon Aiken que esperaran hasta que ellos huyan y nosotros los esperábamos un poco más allá. Así fue, al momento de la fiscalización, se colocaron nerviosos vieron la oportunidad y escaparon, lanzando la mochila con la droga por la ventana”.
El oficial policial, agregó que a través de las escuchas telefónicas se pudo determinar además de las llamadas “mejicanas” que había realizado este grupo, donde con armas iban a otras viviendas y quitaban la droga a quien la mantenía en su poder.
Ambos imputados fueron detenidos en el mismo lugar por Carabineros, los que además, ingresaron, previa autorización del Juzgado de Garantía, a la vivienda de Vidal encontrando allí un arma de fuego, tipo rifle, calibre 22, sin marca ni número de serie y un envoltorio contenedor de 1,4 gramos de marihuana y una bolsa con 1,7 gramos clorhidrato de cocaína.
A pesar de las pruebas ofrecidas por el fiscal Oliver Rammsy, el Tribunal Oral en lo Penal, encontró culpable sólo a Vidal Hernández, mientras que su pareja, Joselin Salazar Zúñiga, de 24 años, fue absuelta de los delitos de tráfico de drogas y tenencia ilegal de arma de fuego. La mujer, quien durante la mañana de ayer subió al estrado, indicó que era inocente. “Solamente era la pareja de Alejandro Vidal. Me dedicaba a cuidar a mi hijo y ser dueña de casa, ahora le falta su padre y no quiero que le falte su madre. Soy inocente”.
Asimismo, José Luis Bravo España, fue absuelto del delito que se le imputaba de ser cómplice. En la audiencia, el imputado indicó que en varias ocasiones fue presionado para declarar en contra de los otros dos implicados o iría a la cárcel.
Por su parte, Alejandro Mauricio Vidal Hernández, fue condenado como autor del delito de tráfico de drogas y tenencia de arma de fuego sin autorización legal.
La marihuana equivalente a 15 mil dosis, avaluada en 40 millones de pesos, fue lo que se logró incautar en esa ocasión. La sentencia se dará a conocer el martes 25 de marzo a las 16.00 horas, donde Vidal Hernández arriesga una pena de 10 años y 1 día, además de una sanción de 541 días de prisión por posesión ilegal de armas, y al pago de multa de 40 UTM (alrededor de $1.600.000).