
Se indicó que el paquete iba destinado simplemente a la oficina postal del Vaticano, por lo que cualquiera de los 800 residentes de ese pequeño estado católico podría haberlo recogido.
Un informe de la aduana alemana, según indica Bild amm Sonntag, asegura que se organizó una celada en colaboración con la policía del Vaticano, pero no se logró detener al posible destinatario.
La droga tendría un precio callejero de varias decenas de miles de euros.