
Miles de personas visitaron ayer los veleros atracados en los muelles Prat y Capitán Guillermos en su último día en la ciudad.
A los asistentes no les importó tener que hacer fila para poder subirse, ni menos el viento que amenazó a ratos con desatar su furia. El esfuerzo valía la pena, al fin y al cabo esta oportunidad no se repetirá hasta el 2018, cuando Chile sea el encargado de organizar un nuevo encuentro de veleros en el marco de los festejos por los 200 años de la Armada de Chile.
El Buque Escuela Esmeralda fue uno de los veleros más visitados. Ayer las familias aprovecharon de inmortalizar el momento tomándose fotografías en su cubierta, además de preguntar a la tripulación detalles acerca de cómo es la vida en altamar.
“La visita ha sido fantástica tan buena como la primera vez que vine, aprovechando además que mi hijo ahora si puede opinar y ver esta belleza. El sábado estuvo muy malo, así que aproveché hoy para poder hacerlo y la vez pasada que vinieron también vine, así que todo fantástico”, señaló uno de los visitantes.
“Esta visita me parece algo muy bueno, es algo novedoso para la ciudad, sobre todo en un día domingo donde la gente puede salir de sus casas despejarse un poquito, ya que siempre acá va uno a los mismos lugares. A mí me parece algo bueno y el clima ha estado agradable para poder venir a ver los barcos. La experiencia ha sido buena aunque igual siento un poquito de miedo por el movimiento del barco”, señaló otra de las personas que llegó hasta el Muelle Prat.
“Esta es la segunda vez que visito el Buque Escuela Esmeralda, la primera fue durante la Regata Bicentenario. Ahora lo hago en familia con mi cuñada, mi hijo y mi marido. En Valparaíso no tuvimos la oportunidad de hacerlo, porque cada vez que fuimos a verla al puerto estaba cerrada al público. A mí me parece algo muy bueno que estos encuentros de velas se repitan cada cuatro años sobre todo porque así el Estrecho de Magallanes recupera la importancia que le quitaron cuando se abrió el Canal de Panamá. Para mí esto es una experiencia inolvidable”, señaló una dueña de casa.
Finalmente uno de los tripulantes del Buque Escuela Esmeralda, subteniente Fernando López, comentó acerca de su experiencia: “Estar lejos de la patria siempre es algo difícil. Son largos meses y volver a reencontrarse con un puerto nacional con gente chilena es algo inolvidable. Ser un embajador en el extranjero de alguna forma cambia la percepción que se tiene de Chile y volver a encontrarse con compatriotas, volver a sentir lo que es el cariño de la gente, de tu gente es algo inolvidable. Nosotros zarpamos desde Valparaíso el 22 de septiembre, allí muchos se separaron de sus familias, después tuvimos en Iquique por cuatro días y de ahí en adelante nada, sólo puertos extranjeros, sin ver a nuestros amigos, familiares o seres queridos”.
Finalmente, se refirió al máximo desafío que los marinos deben enfrentar en su carrera: el temido Cabo de Hornos. “Es una experiencia muy buena, la gran proeza de los buques a velas es intentar cruzarlo. Durante la regata pasamos a vela ciertos sectores, porque igual las condiciones climáticas fueron un poco desfavorables, pero es algo que queda en la mente de todos nosotros como marinos, que es importante realizar y que es como una historia de vida para cada uno de nosotros”.
Desfile despedida
Hoy a las 8.00 horas, el Buque Escuela “Ara Libertad”, de Argentina, será el primero en zarpar; posteriormente lo harán el “Gloria” de Colombia, el “Cisne Blanco” de Brasil, la “Esmeralda” de Chile, el “Simón Bolívar” de Venezuela, el “Guayas” de Ecuador y el motovelero “Ice Lady Patagonia II”, los que desplegaran su velas para despedirse con un desfile frente a Punta Arenas. Los 1.500 tripulantes nuevamente se harán a la mar con rumbo hacia el puerto de Talcahuano (del 2 al 6 de abril) y Valparaíso (entre el 8 y el 13 de abril).
En estos 134 días recorrerán 12 mil millas náuticas. Además de Chile, se espera que visiten puertos de Uruguay, Brasil, Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, República Dominicana y México. En total diez países de América y El Caribe.
Este encuentro es organizado por la Armada argentina para conmemorar los 200 años del Combate Naval de Montevideo, y surgió como resultado del éxito obtenido en la Regata Bicentenario 2010, acordando entre las instituciones navales participantes llevar a cabo cada cuatro años un encuentro de grandes veleros, con la misión de fortalecer los lazos de amistad y cooperación entre los pueblos hermanos.