
Dice estar tranquilo “porque con el tiempo pensamos llegar allá. Hay mucha gente de Punta Arenas que viene conversando hace años con nosotros sobre la posibilidad de estar en Magallanes. Por eso creo que intentaron anteponerse”.
Rojas sostiene que la fiesta realizada por el movimiento Guachaca es muy diferente a lo que se hizo en Punta Arenas. “Nosotros reclamamos en sentido ético, no esperamos ningún resarcimiento económico, porque nosotros perdemos y ganamos como todos los guachacas. Pero tampoco queremos que nos humillen. Porque detrás de este movimiento hay mucha historia. Llevamos 17 años trabajando, con el sacrificio de mucha gente. Y no es justo que todo el trabajo, la creatividad que se ha puesto, venga un tipo y se la lleve. Hemos tocado muchas puertas y hay cuestiones básicas que respetar”.
Dióscoro Rojas cuenta que la única droga de los Guachacas es la esperanza, que son humildes, cariñosos y republicanos, y que son parte de la nueva chilenidad y es bajo ese espíritu que se hace la cumbre. “Queremos recuperar nuestra identidad, ese es nuestro objetivo. La reina y el rey guachaca también es un invento nuestro, y colgarse de este fenómeno no es bueno, no es original, no se juega con la tradición de lo popular”.
“Los guachacas no es una persona, es mucha gente que a lo largo de 17 años han hecho aportes y han sido muy generosa, entonces no se puede basurear a la gente”, continúa Rojas, “No es novedad que la hagan en Punta Arenas, la hacen en muchos otros pueblos de Chile también. Si yo hiciera el “Festival Folklórico en la Patagonia” acá, a la gente de la Patagonia tampoco les gustaría”, concluye.