Armadores alegan que gran parte de los trabajadores registrados por Sernapesca se ha ido a trabajar a la industria salmonera y piden que Dirección Zonal de Pesca abra las inscripciones a nuevos profesionales. En el organismo, esperan que los trabajadores entreguen las nóminas de buzos para evitar casos irregulares. Diez días lleva levantada la veda del erizo; la pesca del molusco -principalmente exportado a Japón- está permitida desde el 15 de marzo y hasta el 1 de septiembre todos los años.
La industria, una de las más importantes en términos de volumen para la Región de Magallanes, goza de buena salud: el recurso abunda y los precios son buenos y, lo mejor, van en ascenso, de acuerdo con vendedores.
Lo que falta es quién haga el trabajo.
“Muchas embarcaciones no pueden salir porque no tienen buzos”, cuenta Fernando Carmona, presidente del Sindicato de Armadores de Punta Arenas. “Hay un déficit importante de buzos en la región; gran parte se ha ido a la salmonera”.
Esto se explica porque, frente a un recurso estacional, como es el erizo -que, año a año, está vedado entre septiembre y marzo- y uno permanente, como el salmón -que no depende de fechas, sino que es cultivado-, la estabilidad laboral y las condiciones contractuales de los buzos son mejores en la segunda industria, lo que explica que muchos trabajadores prefieran abandonar la pesca del molusco.
Sin embargo, tanto los vendedores como los armadores del erizo cuentan que el problema no es la falta de personas capacitadas, sino que está a nivel administrativo.
Esto, porque el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) maneja un registro de buzos que están autorizados para trabajar, pues han demostrado los conocimientos técnicos y aptitudes y se han sometido a exámenes médicos. El registro, hoy, se encuentra cerrado, por lo que no pueden ingresar nuevos profesionales.
El director regional de Sernapesca, Manuel Díaz, explica que el registro “se abre y se cierra por petición expresa de la Subsecretaría de Pesca. Ellos llaman a postulación”. Agrega que ese llamado se hace por petición de la Dirección Zonal de Pesca, la cual hoy se encuentra acéfala.
Para ingresar al registro, cuenta Díaz, “hay unos ciertos requisitos que establece la ley: tiempo en la zona, exámenes médicos, autorización de la Dirección de Territorio Marítimo (Directemar)”.
Ello, explica, no contraviene que cualquier persona que haga un curso pueda dar el examen y quedar acreditado, pero mientras el registro esté cerrado, como está hoy, no tendrá derecho a cuota de pesca.
“Las cuotas están asignadas a los buzos”, explica Díaz. “Si se pilla a alguien extrayendo (que no esté en el registro), es pesca ilegal: hay multas asociadas”, agrega. A ello, además, se suma el riesgo de seguridad que corre una persona que no está acreditada para realizar la actividad.
El encargado de pesca artesanal de la Dirección Zonal de Pesca, Gonzalo Garrido, cuenta que el organismo se encuentra trabajando en el tema “desde el año pasado”. Tras diversas reuniones, dice “los trabajadores se comprometieron a elaborar un listado con los buzos que trabajan para ellos. Eso no ha pasado”.
Garrido explica que “no podemos abrir el registro de un día para otro; se inscribiría gente que no trabaja, sólo para tener derecho a una cuota. Por eso estamos esperando que ellos elaboren un listado”.
Inscripciones cerradas
“Había demasiados buzos; habían venido muchos de otras regiones, porque los recursos en sus zonas se habían sobreexplotado”, recuerda Carmona, sobre el momento en que se decidió cerrar el registro de buzos para la pesca, que, estima, ocurrió hace unos cuatro años.
En ese registro, dice “hay gente que ha muerto, que se ha ido a otras regiones, hay también buzos que ya son viejos y no están en actividad”. Por ello, considera que “hay que hacer una limpieza. El Sernapesca tiene que hacer un catastro”.
El sindicalista estima que, para esta temporada, son al menos 400 personas más que se necesitan para poder hacer una extracción del molusco.
Garrido, por su parte, asegura que ya se removió a las personas fallecidas de la lista, pero “hay muchos que no ejercen, pero no quieren perder su cuota. Ellos contratan a buzos no documentados para que usen su licencia. Por eso, lo mejor es que los trabajadores elaboren un listado”.
Con todo, el que más gana es el erizo, que puede ver como la veda de septiembre se acerca sin que haya suficientes manos que lo atrapen.