Niños magallánicos luchan con leucemia

General
26/03/2014 a las 08:14
Dos pequeños magallánicos luchan contra la leucemia y piden ayuda de la comunidad. Vicente Andrade Vera, de 4 años, fue diagnosticado con la enfermedad en agosto pasado. La pequeña Cony Santana recibió el diagnóstico hace dos semanas. Apenas cuatro años y dieciséis sesiones de quimioterapia. Esa es la cruda realidad que ha tenido que vivir Vicente Andrade Vera, el pequeño niño oriundo de Punta Arenas que, desde el año pasado, se encuentra diagnosticado de leucemia linfoplástica aguda.
El menor se encuentra en Valdivia desde agosto pasado; hasta allá tuvo que trasladarse junto a sus padres para poder recibir el tratamiento pertinente para su enfermedad.
Hace dos semanas, la familia de Cony Santana comenzó su historia con la misma enfermedad. La pequeña recibió el diagnóstico el lunes 17 de marzo, luego de que la pequeña fuera trasladada a Santiago.
Allá, Cony va a pasar los próximos seis meses en tratamiento intensivo. Tras ello, cuenta su padre, vendrán dos años de viajes intermitentes.
Ambas familias han tenido que recurrir de distintas formas a la comunidad para unir fuerzas y luchar contra la adversidad.
Lejos de casa
“Él me servía mate, me ayudaba a hacer las camas. Y de la noche a la mañana, cayó”, recuerda la abuela del menor, Orgarita Gamín Aguilar.
Esa caída ocurrió en Río Gallegos, el 16 de agosto pasado. Mientras se encontraba con sus padres, Hans Andrade Gamín y María José Vera, visitando a familiares, el pequeño Vicente sangró por la nariz. Al principio, los mayores que estaban con él no le dieron importancia, pero el episodio se repitió una segunda y una tercera vez, y después no se detuvo.
“Lo llevamos a la guardia, estaba pálido y él no es así”, dijo el padre a Diario El Pingüino, en aquella oportunidad, hace ya seis meses. “Tenía unos moretones que se le notaban mucho. El pediatra de turno pidió un examen de sangre y dijo que volviera a buscar los resultados en una hora”.
La primera vez que Hans Andrade escuchó la palabra “leucemia”, no era más que una teoría. “Me explicaron que el examen de sangre había salido alterado, que el hijo no tenía defensas y que corría mucho riesgo porque podría ser leucemia. Al doctor le costó decírmelo, porque no lo podía confirmar y me dijeron que había que trasladarlo urgente a Punta Arenas, pero no por ambulancia”, contó el papá.
Una vez que fue trasladado en avión a Magallanes, la palabra pasó de ser una teoría a convertirse en una cruda realidad.
En la región más austral del mundo, el pequeño, que entonces tenía tres años, no tenía posibilidades de acceder a un tratamiento apropiado para su enfermedad, por lo que sus padres se trasladaron hasta Valdivia, primero de manera temporal, ahora ya permanentemente.
Orgarita cuenta que los dos mil trescientos kilómetros que la separan de su hijo y del pequeño le causan mucho dolor. El traslado a una ciudad extraña, además de transformar las vidas de toda la familia, ha elevado la presión económica. Orgarita detalla que su hijo Hans se vio obligado a pedir un traslado en su trabajo, mientras María José, la madre del pequeño, se ve impedida de trabajar porque debe dedicarse al cuidado diario de Vicente.
“Lleva 16 sesiones de quimioterapia; a mí me dicen que son 30”, cuenta la abuela del pequeño. “Lo único que quiero es tener la posibilidad de que vuelvan a Pnnta Arenas”, agrega.
Por eso, pide la ayuda de la comunidad de Magallanes, el próximo sábado 5 de abril en el Gimnasio San Miguel, participando en un bingo en el que el cartón está a $ 2.000. Para contactarse con la abuela de Vicente, Orgarita Gamín, el número es 85992587.
Todos por la Cony
Hace apenas una semana y media, Rodrigo Santana tuvo que ver cómo su hija era trasladada de urgencia en un avión ambulancia a Santiago.
El profesional, que se ha desempeñado como director del Sernageomin y la Onemi locales, recibió en Santiago el diagnóstico que le decía que su pequeña sufría de leucemia linfoblástica aguda.
Al igual que en el caso de Vicente, las opciones de recibir el tratamiento adecuado en la Región de Magallanes eran nulas, por lo que “la Cony” tendrá que permanecer en Santiago, donde se somete a quimioterapia.
Esto, de acuerdo con su padre, va a durar seis meses. Tras ello, vendría un período de dos años en que la pequeña deberá viajar a la capital intermitentemente para recibir el tratamiento.
La familia ha organizado diversas actividades para poder solventar los gastos que genera la enfermedad de la pequeña. El fin de semana pasado, se realizó una carrera de beneficencia.
“No nos esperábamos un resultado tan bueno; fue todo un éxito”, cuenta Santana, quien agrega que hubo más de 130 pilotos inscritos y 600 asistentes.
Junto con agradecer la ayuda de la comunidad, Santana cuenta que se están organizando rifas y bingos, además de un remate de camisetas de deportistas. La invitación es a mantenerse informados de las actividades a beneficio en el grupo de Facebook “Todos por la Cony”, que ya cuenta con más de 2.000 miembros.
Triste desenlace
Fue en enero pasado cuando la leucemia terminó con la vida de un niño, estudiante de octavo año básico de una escuela de Punta Arenas.
El pequeño vivió gran parte de su vida en tratamiento por esta enfermedad, dando una férrea lucha que terminó en un triste desenlace: el menor falleció luego que especialistas en Valdivia le informaran a su madre que nada podían hacer para controlar la leucemia.
Hijo único, apasionado por el fútbol y entrañable compañero, este hijo único se despidió en medio del dolor de su madre.

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