
“Por más de 12 años hemos sido testigos del sufrimiento de Margoth González y Sergio Harex”. Los rostros de Margoth González y Sergio Harex ya son reconocidos por toda la counidad magallánica. Año tras año vemos como luchan contra una espera que pareciera no tener fin. Hemos sido testigos por más de una década de su sufrimiento. Ellos vieron por última vez a su hijo el viernes 18 de octubre de 2001 y desde ese día sus vidas cambiaron. La respuesta al enigma policial más grande de la historia magallánica nunca ha llegado. Hay muchas aristas al respecto, pero ninguna claridad. Nadie ha dicho nada concreto que permita dar efectivamente con el paradero del joven. Se han hecho muchas diligencias, pero ninguna ha logrado dilucidar un escabroso tema. No hay resultados y eso atormenta aún más a los padres de Ricardo. Si hay gente que sabe realmente lo que ocurrió, al parecer nunca lo ha confesado. A sólo metros de nosotros, hay dos personas que llevan doce años sufriendo y eso no es sano. Los llamados para que la verdad se sepa se han realizado innumerables veces y es extraño que alguien con vida no se digne a decir la verdad. Las intensas pesquisas y las numerosas diligencias de los últimos días, encabezadas por la magistrada Marta Pinto, se agradecen. Ella ha hecho los máximos esfuerzos por llegar a la verdad, pero las críticas apuntan a quienes antes no hicieron lo mismo. Porque a esas personas se les responsabiliza de no haber hecho los máximos esfuerzos. En este mundo debe haber alguien que sepa toda la verdad y sólo cuando hable podrá llegar la paz a dos vecinos nuestros que sufren ante la mirada de toda una comunidad.