
Hasta el Plan Cuadrante se resintió con el radiopatrullas de Carabineros chocado hace un mes por un conductor ebrio, que más encima guiaba sin licencia de conducir y la documentación del auto.
Las cotizaciones solicitadas por Carabineros indican que la reparación del vehículo costaría entre cinco y seis millones de pesos.
El accidente se produjo faltando diez minutos para las cuatro de la mañana del día 29 de marzo. Ese día por avenida Salvador Allende bajaba el furgón policial (Z-3811) con tres carabineros en su interior, quienes al llegar a la esquina de Eusebio Lillo fueron violentamente impactados por un auto particular que circulaba por dicha arteria, de norte a sur.
Según el informe de Carabineros, el vehículo lo conducía Víctor Hugo Naimán Calisto, de 18 años, quien lo hacía sin licencia de conducir, sin documentación del vehículo y en estado de ebriedad.
Los tres funcionarios policiales resultaron lesionados, de carácter leve; y el conductor sufrió una contusión nasal.
Este caso es uno más de los tantos que se registran semanalmente, propiciado por la ingesta de alcohol. De ahí las campañas de Carabineros y otros organismos públicos tendientes a despertar consciencia en el alto consumo de licor en Magallanes. Pero por sobre todas las cosas el problema está en las personas que van detrás de un volante, quienes muchas veces son reincidentes. Como el caso que a mediados de semana se ventiló en el Juzgado de Garantía, donde una persona volvió a ser condenada por manejar en estado de ebriedad en circunstancias que por una sentencia anterior tenía suspendida la licencia por dos años.
El jefe de la Primera Comisaría, mayor Humberto Riffo, recordó que el año 2007, cuando se implementó el Plan Cuadrante en Punta Arenas, esta unidad fue dotada de varios vehículos policiales.
Por lo mismo el furgón chocado a fines de marzo, y que cumplió un mes fuera de servicio, acarreó un serio perjuicio al trabajo del Plan Cuadrante porque con un vehículo menos en la calle disminuye la capacidad logística, “situación que produce una recarga en los otros vehículos lo que impide que se cumpla uno de los objetivos del Plan Cuadrante, como es que los vehículos tengan una rotativa y una mayor vida útil”.
La planificación se hizo en base a que la flota cumpla un servicio de ocho horas, descanse igual cantidad de tiempo, y reaparezca en la calle en un tercer turno de ocho horas. Por eso la salida de uno de los furgones impacta tan fuertemente en el resto del parque vehicular.
Consejo de Defensa
“Debido a que en este caso la responsabilidad recae en un conductor que no respetó un signo ceda el paso, y más encima lo hace en estado de ebriedad, corresponde al Consejo de Defensa del Estado hacerse parte de este accidente, organismo que a través del abogado procurador intentará que el conductor cancele los daños”.
El problema es que los costos de reparación bordean los cinco y seis millones de pesos. Y lo más probable es que el responsable de este accidente no tenga capacidad económica para responder por los daños.
Una tarea que puede resultar de largo aliento. “Esto es lo que a nosotros nos preocupa y complica mucho, por el hecho de tener un furgón menos en la calle”, indicó Riffo.