
La madre de la víctima, Sofía Mansilla, asistió a la audiencia y por primera vez después de los desgraciados hechos enfrentó cara a cara al agresor. Casi al término le gritó en su cara: “¡Por qué sigues martirizando a mi hija”, y luego le pidió: “mírame” y Toledo volteó levemente la cabeza sin pronunciar palabras, solamente cruzó una mirada y agachó la cabeza hasta desaparecer de la sala custodiado por funcionarios de Gendarmería.
En esta causa, el fiscal Felipe Aguirre presentó acusación en contra de Toledo Mansilla pidiendo una pena de 15 años por parricidio en grado de frustrado. El abogado querellante, Marcelo Figueroa, presentó una demanda civil por 300 millones de pesos. Respecto de la víctima dijo que la recuperación es mínima, solamente apreciable por las personas más cercanas, “y aunque esperamos que evolucione no avizoramos, por ejemplo, que se presente a declarar (Jacqueline)”.
En la madrugada del 6 de agosto, Toledo discutió con su entonces pareja. Lamentablemente el hombre tuvo una reacción violenta y, bajo los efectos del alcohol, tomó un arma de fuego y le disparó en la cabeza, dejándola en estado crítico.