En materia de delitos sexuales, las máximas penas que los fiscales han conseguido hasta ahora son 15 años de cárcel, en dos causas diferentes. La última fue el viernes pasado donde una persona recibió esta sanción por violar sistemáticamente a la hija y dejarla embarazada.
Pero hoy comienza un juicio oral donde el fiscal jefe de Punta Arenas, Juan Agustín Meléndez, está solicitando cadena perpetua simple para el acusado por su participación en seis delitos. En caso de conseguirla, sería una de las penas más elevadas que se aplique desde el comienzo de la Reforma Procesal en Magallanes.
Pero no es la primera vez que la fiscalía solicita una cadena perpetua. El año 2006, lo pidió en un caso de Puerto Natales, donde finalmente un padrastro fue sentenciado a 12 años de cárcel por violación reiterada y abuso sexual reiterado.
La petición de Meléndez tiene directa relación con la preocupación que existe por el aumento de estos hechos. Cuando a mediados de abril se conoció la condena de un sujeto que fue sancionado por violar a una estudiante de 16 años,  Meléndez recordó que “ésta es una de las regiones que presenta una de las tasas más altas de delitos sexuales”.
Perpetua
De todo lo visto y escuchado anteriormente, los antecedentes que se conocerán a partir de hoy son de un fuerte contenido sexual y configuran historias muy sórdidas.
En marzo, cuando se hizo la audiencia de preparación de juicio, los presentes se impactaron al escuchar la cantidad de veces que el detenido violó y abusó de niños pequeños. La sumatoria de las penas probables por cada uno de los delitos fue lo que llevó a la fiscalía a solicitar una pena única: presidio perpetuo simple.
Los primeros delitos se remontan a los años 2005 y 2006, cuando el acusado compartía el domicilio de las víctimas. En esa oportunidad, aprovechándose de la relación familiar con los padres, habría abusado varias veces de un sobrino de entonces 10 y 11 años respectivamente, a quien violó en cada una de las ocasiones descritas en la acusación.
En otra ocasión, fue una niña de siete años a la que le tocó el cuerpo con sus manos, especialmente, la vagina.
Entre los años 2004 y 2007, y en reiteradas ocasiones, el sujeto accedió carnalmente a una niña cuando tenía 14, 15, 16  y 17 años. Esto lo consumó pese a los ruegos de la niña para que no lo hiciera y la amenazó para que guardara silencio.
Mataría a un hermano
En otra oportunidad amenazó a una niña de la casa, de 14 años, con agredir con un cuchillo a su hermano menor si no salía de la pieza donde se había escondido del agresor luego de sufrir las tocaciones de sus partes íntimas. En junio de 2006,  el detenido concurrió una vez al domicilio de otra de las víctimas, mayor de edad, a quien violó en el dormitorio aprovechándose de la relación familiar existente con ella y la ausencia temporal de los dueños de casa. Esto lo cumplió ejerciendo la fuerza, pese a la resistencia de la joven, amenazándola con que se tenía que quedar callada.
A juicio del fiscal Juan Agustín Meléndez, y del querellante que se adhirió a la acusación, abogado Marcelo Figueroa, estos hechos configuran los delitos de: violación reiterada, abuso sexual reiterado,  abuso sexual y violación.
Defensa
El abogado defensor, Ramón Bórquez, adelantó que su cliente declarará hoy, al inicio del juicio, porque quiere contar a los jueces su verdad de los hechos. Y dijo que la postura de la defensa es la absolución.