Que por mayo era por mayo por Víctor Corcoba

General
21/05/2009 a las 10:50
El romance del prisionero yace vivo, responde al momento actual, al abecedario invasor de cautividades y cadenas que nos asaltan los aires libres de la vida. La esmeralda y el lirio de mayo, las fiestas mayales de la poesía y la danza, también han perdido su pureza silvestre, porque las prisiones del mundo se acrecientan de un modo vertiginoso. Mujeres explotadas sexualmente firman contratos con los que entregan su vida a los proxenetas, que las encarcelan para sí. La esclavitud invisible, que por masiva ya es visible, pone rejas a centenares de vidas humanas. Sus consecuencias son el derrumbe de la misma existencia. Hasta el dulce calor de la primavera germina amargo y devorador. Algunos que se dicen enamorados tampoco se dan al amor, más bien han entrado en la compra venta de pasiones, que es otra prisión más. Ya lo predijo Antonio Gala bajo esta célebre frase: “esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor, pero no para enamorarnos”.
Asimismo, la prisión económica aletarga los latidos del alma. Hemos hipotecado los amaneceres a las entidades crediticias, otra buena parte del día la trabajamos para abonar impuestos, y apenas tenemos caudales para vivir, mientras la malversación de caudales públicos si que está a la orden del día. Como también está en el diario de despropósitos el excesivo gasto público, el derroche sin tino de la clase política y de los gobiernos diversos, auténtico cáncer de la economía española. Los resultados de este despilfarro suelen disparar la factura siempre a favor de los menos pudientes. No me extraña que muchos españoles no puedan coger el sueño y vivan en un permanente hoyo de angustia. ¿Quién puede dormir tranquilo asfixiado por las deudas? Desde luego, las proclamas de los analistas son para deprimirse, de un paso adelante y dos atrás, de años de recesión en el horizonte de la economía española y de millones de criaturas a las que se les niega el deber y el derecho al trabajo.

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