
No hay buque o repartición naval que en el rancho del día jueves no tenga empanadas, cazuela y mote con huesillos. El origen no está del todo claro pero, de que es una tradición lo es, y como tal las tradiciones en la Armada se respetan.
No importa que el almuerzo sorprenda a los marinos en alta mar, atracados a un muelle o en el mismo buque escuela Esmeralda. Los cocineros se las ingenian para preparar este típico plato chileno.
Incluso dicen que por las empanadas los marinos (una vez a la semana) sacan las cuentas del tiempo transcurrido durante una salida. Por ejemplo, si la misión dura tres meses saben que tienen que pasar 12 empanadas antes de regresar a puerto.
De los orígenes de esta tradición no hay claridad absoluta. En la Armada señalan que viene de los años ’30 ó ’40, cuando la institución sufrió problemas económicos para solventar buenos ranchos. A partir de esos momentos el plato de los días jueves fue una cazuela de vacuno, una empanada y un vaso de mote con huesillos. Un menú mejorado y, tradicional, para la semana. Algo que se mantiene invariable hasta los días de hoy.
Luis Canales
Consultado el curador del Museo Naval y Marítimo de Punta Arenas, Luis Canales Vásquez, coincidió en que no existe un origen claro sobre esta tradición pero lo que sabe es que “en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda visitó la escuadra en Valparaíso y ese día arranchó a bordo, y el plato era empanada, cazuela y mote con huesillos de postre. Él habría un hecho un comentario sobre el rancho, que lo encontró tradicional, y tengo entendido que desde ese periodo se mantiene todos los jueves que fue el día que el Presidente visitó uno de los buques de la escuadra”.
Cabrales
En el buque hidrográfico Cabrales, que hoy zarpa en una misión por tres meses, diario El Pingüino conversó con el cocinero, el cabo 1º Gabriel Escudero, quien semanalmente tiene en sus manos la obligación de hacer cumplir la tradición para los 31 funcionarios que conforman la dotación de la nave.
Con 13 años en la marina, le ha tocado trabajar en El Aquiles y ahora en El Cabrales. La cocina para él es una cuestión de vocación y admite sentirse muy conforme con esta especialidad.