
Institucionalmente, la Agrupación Amigos de los Ciegos y la Corporación Agaci Magallanes funcionan como un cuerpo único, según su vicepresidenta , Diana Bórquez, de 63 años. “Es para desempeñarnos mejor en todos los aspectos”, asegura.
Desde su fundación, en 1994, Bórquez ha trabajado con fervor, cumpliendo distintas labores, como también roles en temas de gestión para conseguir recursos y ganar proyectos.
Fue precisamente a través de ese entusiasmo, que la institución consiguió, en marzo de este año, inaugurar su nueva sede, en presencia de las más importantes autoridades regionales, cumpliendo así el sueño de 15 años de trabajo.
Esta importante labor, es la que tiene a Bórquez orgullosa de haber logrado, luego de años de espera y sacrificio, edificar junto a sus pares una sede para su organización, en la cual se podrá ampliar las atenciones a otros tipos de discapacidades, en torno a la rehabilitación y capacitación laboral.
¿Cómo se materializó la nueva sede?
Recibimos de manos de la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Bienes Nacionales y la Municipalidad de Punta Arenas, los años 2002 y 2004, respectivamente, unos terrenos. Posteriormente, se recibió por parte del Gobierno Regional los dineros para materializar nuestro edificio corporativo, con 136 metros cuadrados.
¿Han postulado a algún proyecto últimamente?
Salimos aprobados con un proyecto de implementación para nuestra nueva sede, a través del Programa de Apoyo a Iniciativas Comunitarias (PAIC). Así, recibiremos cerca de 2,5 millones de pesos desde las arcas municipales.
¿De qué manera el Fondo Nacional de la Discapacidad (Fonadis) ha contribuido a la labor de Agaci?
Para acceder a los beneficios del Fonadis, simplemente, hay que cumplir los requisitos y postular. Si está todo en orden, se podría obtener ayuda técnica.
Nosotros hemos postulado y resultado favorecidos. Sin embargo, como crítica constructiva me parece que el procedimiento de aprobación debería ser más rápido. Por ejemplo, una persona pide un bastón como persona discapacitada, para recibir el instrumento tiene que postular y el proceso demora cerca de un mes, pidiendo como requisito que la Ficha de Protección Social respalde una verdadera necesidad de parte del solicitante. Creo que es muy engorroso el asunto.
¿Cuáles son los objetivos que se esperan cumplir ahora?
Dentro de todos, uno que nos ilusiona en demasía es la construcción de un gimnasio, en el corto plazo. En todo caso, la idea ya está en marcha, a través del pre proyecto con el plano.
Lo importante y que a la vez nos da tranquilidad, es que el alcalde de Punta Arenas, Vladimiro Mimica Cárcamo, y el intendente de Magallanes, Mario Maturana, prometieron en marzo, en el día de la inauguración, toda su ayuda para la ejecución de este proyecto.
Además, el senador Carlos Bianchi, quien siempre nos ha ayudado desde que era concejal, prometió mover “cielo, mar y tierra” para materializar este anhelo que tenemos.
¿Qué programas se desarrollan actualmente?
Tenemos una serie de programas entre los que destacan: Orientación y Movilidad (aprendizaje del bastón tanto en sala como en terreno), es una clase que se desarrolla de forma individual y en la cual participan tres alumnos; los sábados de 10.00 a 12.00 horas, tenemos las clases de braille, en las cuales participan entre 10 y 12 personas; Acondicionamiento Físico, programa que realizan diez alumnos, el jueves y viernes desde las 16.30 a las 18.30 horas en el Club Naval.
¿Cualquier persona puede acceder a los programas que imparte Agaci?
Siempre que tengan una discapacidad visual, cualquier persona ciudadana de nuestra región puede acercarse a nuestras dependencias.
¿Han ingresado personas con otro tipo de discapacidad a los programas?
No, sólo las que estaban. Principalmente, son personas con discapacidad física, a las cuales se les facilita los espacios para el desarrollo de sus actividades.
Eso sí, tenemos pensado, como corporación, realizar un proyecto más adelante para incluir a todo tipo de discapacidades.
¿Algún mensaje para los magallánicos?
Que no vean a las personas discapacitadas como inferiores y menos con lástima, porque la lástima no es un sentimiento.