
La Planta de Tratamiento de Residuos Indus-triales Resitec S.A. funcionaba hace poco en el kilómetro 17 1/2 norte, pero por una sanción medioambiental aplicada por la Corporación Regional del Medio Ambiente (Corema) tuvo que cesar sus labores y cerrar sus puertas.
La Corema acusaba a dicha empresa de no cumplir con los compromisos determinados en la resolución de calificación ambiental que le permitían operar. Sin embargo, la empresa interpuso ante la Corte de Apelaciones un reclamo contra la resolución. Se trata de un recurso que autoriza la propia Ley Ambiental y en virtud de ella se obtuvo una orden de no innovar en cuanto al cierre de la planta, quedando la resolución anterior sin efecto. La orden de no innovar debe ser otorgada por el tribunal de alzada por resolución fundada y los efectos que se derivan de ella es que suspende los efectos de la resolución recurrida o bien paraliza su cumplimiento según sea el caso.
Los representantes de Resitec S.A. hacen sus descargos y señalan que resultaron económicamente muy perjudicados, ya que muchos de sus clientes emigraron y los únicos beneficiados con su cierre fueron las empresas de transporte. La resolución que dictaminó su cierre momentáneo la calificaron de injusta. Señalan que tienen todos los papeles en regla, que el proyecto de la planta partió con grandes sueños y que costó enormemente conseguir los permisos medioambientales porque era un tema nuevo en la región. Asimismo, manifiestan que el primer problema de la planta se presentó durante el 2008, cuando tuvieron que pagar 125 Unidades Tributarias Mensuales (4,5 millones de pesos) en multa por la falta de implementación de un sistema de riego y de agua potable, acumulación de residuos y falencias en la recuperación de suelo contaminado. En la ocasión además se hacía alusión a que el pasto no era verde.
Siendo que la empresa realizó un programa de reforestación con cerca de 2.000 árboles de los cuales muchos no prendieron pese a que contaban con una protección. Agregan que en el lugar existe una plaga de conejos y que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) no se hace cargo de eso. “No es culpa nuestra que los conejos se coman los árboles”, precisaron. Además, la empresa sí implementó un sistema de riego. “Se trajo a una empresa externa para instalarlo, entonces francamente no sabemos cuál es el problema. En lo referente al pasto expresan que éste se encuentra en el mismo estado que en otros lugares de la ciudad”. Agregan que “la Presidente Michelle Bachelet ha dicho que en tiempo de crisis hay que proteger a los trabajadores, que hay que invertir más recursos y que hay que hacer más cosas pero por otro lado se les está cerrando las puertas a las empresas. Sin ir más lejos hay que ver lo que está sucediendo con las Pymes, estamos todos arruinados”, manifestaron.