Una de las coordinadoras de la festividad, María Mansilla Vargas, criticó que no pudieran llegar en procesión desde la comunidad José del Carpintero hasta la Catedral.
En este día le pedimos a San Pedro que acompañe a la gente que vive del mar, sobre todo a nuestros pescadores”, dijo ayer el obispo Bernardo Bastres, camino entre la iglesia Catedral y el muelle Arturo Prat donde los fieles devotos embarcaron en el remolcador Lautaro, dispuesto por la Tercera Zona Naval, y en las lanchas pesqueras decoradas con banderines multicolores para festejar la tradicional fiesta popular de San Pedro.
Un festejo que se inició el sábado 20 de junio con la novena en la capilla de la comunidad José del Carpintero. Durante nueve noches se congregaron decenas de pescadores y sus familias, hasta el domingo que fue la última jornada donde el recinto se hizo estrecho para acoger a tantas personas, que con mucho fervor llegaron a esta celebración, una fecha que para los trabajadores del mar tiene mucha importancia.
En la homilía que presidió en la Catedral, monseñor Bastres los llamó a conservar estas tradiciones y fidelidad a la fe, “porque sería impensable esta fiesta popular sin la presencia de Pedro”. Dentro de la reflexión recordó que la religiosidad popular no es la misma en personas que hoy tienen sobre 50 años y menos de esta edad, porque la cultura ha ido cambiando. “El Papa Benedicto XVI invitó este año Paulino a los intelectuales y a los hombres de ciencia a traducir los conceptos cristianos y el evangelio a la cultura de hoy”, dijo Bastres.
Molestia
Una de las coordinadoras de la festividad de San Pedro, María Mansilla Vargas, junto con destacar el éxito de la novena en la capilla José del Carpintero, con una masiva participación en la última noche que obligó a dejar abiertas las puertas del local y, donde se entregaron algunos estímulos a personas que por muchos años han colaborado en la celebración de San Pedro, vertió algunas críticas. Principalmente porque ayer los hicieron llegar a la Catedral en vehículos, siendo que tradicionalmente lo han hecho a pie desde la capilla. “Muchos pescadores se enojaron porque querían traer en andas al santo patrono y, además, nos hicieron hacer entradas de invitación para que la gente entrara al barco. Nosotros cumplimos y nunca las pidieron en el muelle”.
Y la última crítica tiene relación con el traslado de la imagen a la cooperativa. Porque, aseguraron, antes siempre los acompañaba un sacerdote y esta vez no fue así. “Nadie estuvo con nosotros, a diferencia de como lo hacía el sacerdote Tomás González cuando estaba en Punta Arenas, que llegaba con nosotros hasta la cooperativa”, señaló la coordinadora.