
Meses de investigación y un cúmulo de pruebas, entre ellas la reconstitución de escena y la declaración de peritos, como los balísticos y químicos, llevaron al representante del Ministerio Público a conseguir lo que buscaba: probar que Toledo fue quien disparó intencionalmente a la víctima en la cabeza, quien a raíz de esto permanece desde agosto del año pasado en un estado de salud grave, casi vegetal, recibiendo atención médica especializada en Santiago.
Para el fiscal quedó absolutamente descartada la tesis de que la mujer se auto infiriera un disparó, “porque según los análisis de los peritos y las leyes de la física es imposible que ella pudiera dispararse con el rifle”. También quedó fuera de toda discusión la teoría de un forcejeo o rebote de bala. “Lo que pudimos establecer con certeza fue que el impacto ingresó por la parte posterior de la cabeza de la víctima, cuando estaba a una altura cercana a los 80 centímetros. Es decir, estaba arrodillada o inclinada cuando le dispara (Toledo)”, indicó Aguirre.
Algo muy importante para el fiscal es que la exhaustiva investigación le permitió reunir las pruebas necesarias para convencer a los jueces de la responsabilidad del acusado. Y sacar a la luz lo ocurrido ese día (6 de agosto de 2008), “considerando que no hubo testigos y que Jacqueline Leyton quedó en un estado que le impide declarar y por ello los peritajes resultaron fundamentales para acreditar el delito”.
Por este episodio el fiscal y el abogado querellante, Marcelo Figueroa, están solicitando que el condenado sea obligado a cumplir una pena de 15 años de cárcel.
Padre de Jacqueline
“Si se hacía justicia no cabía otro fallo”, dijo Juan Leyton, padre de Jacqueline, quien asistió al tribunal a conocer el veredicto, al igual que familiares y amigos.
“Desde el principio siempre supimos que era culpable”, indicó Leyton, aunque descartó sentirse contento porque el estado de salud de su hija sigue siendo delicado.
Por lo mismo aprovechó de llamar a las mujeres a ser capaces de denunciar las agresiones que puedan estar sufriendo con sus parejas.
Reprochable
Según el veredicto de los jueces, José Toledo procuró dar muerte a Jacqueline Leyton, su conviviente durante cinco años, sin que haya logrado el ilícito, “por causas absolutamente ajenas a su voluntad, no obstante haber puesto de su parte todo lo necesario para que dicho resultado se produjera”.
Encuentran que quedó probado, que el condenado tuvo “una participación penalmente reprochable”.